domingo, 18 de marzo de 2012

UN DIA DE IMPLOSION + CONCIERTO HAMLET (Sala Bikini, Barna 4 de Febrero 2012)


        Grande y gélida jornada la que vivimos el pasado sábado 4 de abril en Barna, ya que aprovechando el concierto de unos reactivados Hamlet, nos montamos un día bien completo, y la cosa ocurrió más o menos así.
        Once de la mañana y paso a buscar a Rosko Wilson y enfilamos hacia Barna, para rememorar viejos tiempos voleivolísticos y tal pasamos de autopistas y nos cascamos la nacional “11” disfrutando así de la costa, Pineda, Santa Susana, etc. Llegamos al piso franco dónde Litmanen ya nos tenía reservado parking en zona vip, nos aposentamos, repasito al pisito y una Grinchunguen para calentar. Acto seguido salimos hacia el restaurante gallego donde nos esperaba Siffredi. El trayecto fue breve pero intenso pues lo hicimos en metro y un servidor a sus 33 años todavía no había subido en uno, que ilusión nen! Me sentía como Paco Martínez Soria en “La ciudad no es para mí”, que dinamismo, que velocidad, que poco mirarte a la cara la gente, y es que incluso en un día de poco movimiento en Barna (porque el sábado y el domingo tots els Pixapins estan a casa nostre), la sensación es tan diferente a la de un pueblo que cuesta acostumbrarse, en fin. Dos arranques de metro y ya estábamos en el gallego dispuestos llenar la panza pues quedaba mucho día por delante, mesa para cuatro al ladito de la cocina (pa controlar y tal), metre gay y a pedir: pimientos de Padrón, pulpo, chocos, navajas, lacón, mejillones y cuatro botellas de Albariño para no pasar sed (una por cabeza), un surtido de pasteles de postre que triunfó entre poco y menos (dejando de banda que a mí no me gusten los dulces), cafelito y la dolorosa que deunidó. Estaba bueno y las raciones estaban bien pero picaba un poco, con deciros que una ración de pimientos valía 9 euracos y el vino turbio 6, no estará mal. Cantamos un cumpleaños feliz a capela y bien cuadrao en los tiempos de la mesa de al lado y los roñosos, liendrosos, asquerosos, no fueron ni para darnos a probar una miaja de pastel.
        Salimos del restaurante dirección al Maximillian (o algo así), donde nos esperaban Corculio y Barba Roja. Por el camino “los primos malévolos” dieron buena cuenta de todo lo que han aprendido en este tiempo en Barna y le dieron una paliza a un pobre heavy indigente y hay vídeo de Juan Spilberg que lo demuestra. Ya en el bar nos rustimos unas cuantas cervecillas más y vimos al Betis “manque pierda”. Siffredi se pidió una rustel de 14 voltios y cuando fue a echarle el segundo trago se produjo implosión y la copa le explotó en la mano, y es que para tanto alcohol hacía falta una copa reforzada. Como anécdota comentar que nos costó mucho relacionarnos con Barba Roja, más o menos fue así el tema: Hola Marc, hola resto con sus nombres, que tal, que tal, venga vámonos, que si fútbol, que si basket, que si esto que si lo otro, como si nos conociéramos de toda la vida, vamos, igualito que si la escena la hubiesen protagonizado personas del sexo opuesto… pero es que nosotros somos tan simples… y no será mejor ser “simples” y divertirnos con cualquier cosa que ser tan “rebuscadas” como vosotras y encontrar pegas a todo??? Lo dejo en el aire.
        Acto y seguido nos vamos al lío, entramos, dejamos la ropa en el guardarropa (la trampa de dos piezas en una sola no coló y hubo que acuquinar), y a ver los últimos temas de los teloneros, y suerte que solo fueron los últimos, porque el grupo en cuestión, Vortice, son lo más pesao que te puedes echar a la cara, venga ritmos entrecortados y repetitivos, saben tocar y el cantante pone ganas, pero como no empiecen a darle algo más de melodía y gancho a los temas no tienen ningún porvenir. Así pues, muchos años después volvíamos a estar en la Bikini viendo a Hamlet, yo la recordaba más grande pero con la misma distribución. De repente se abrieron las aguas como si estuvieran dejando paso a los reyes de la pista, y eso es precisamente lo que fuimos, porque desde el primer tema fuimos los instigadores del desfase, que ya tendrá mérito con nuestro treinta y tantos. Como era de esperar, el concierto no tuvo desperdicio, y es que Hamlet en directo siempre son un valor seguro, estuvieron potentes y agresivos con la presentación de su nuevo disco, conscientes de que es un disco ideal para el directo, y precisamente en este se centraron, los nuevos temas funcionaron muy bien, demostrando así que después de una “travesía del desierto” (de cara a los fans de antaño) con sus discos Syberia y Pura vida, en cuanto vuelven a su versión más potente la cosa funciona, prueba de ello es que en su anterior visita a Barcelona se movieron en unas 300 personas y en esta ocasión fueron 500. Fueron soltando pinceladas de cada uno de sus trabajos, pero sin duda alguna cuando la marabunta se volvió más loca fue cuando sonaron los primeros acordes de Jodido Facha, seguida de Egoísmo y la impertérrita Irracional, no estuvo mal lo de Litmanen, toda la noche esperando este tema y cuando sonó va y se muerde la lengua, y es que todos sabemos de los problemas “bocales” de nuestro amigo cuando va un poco torta, jaja. Al final un par de colaboraciones a la voz y se acabó la fiesta. Si tenemos que encontrar algún pero, yo diría que fue el sonido de la voz de Molly que en ningún momento estuvo a la altura (no por culpa suya si no por los “geniales” técnicos de sonido habituales), pero en el caso de Hamlet poco importa porque los allí presentes nos sabíamos las letras de memoria. A continuación media hora esperando para coger la ropa (que no estará mal para 500 personas…) y volvemos al Antonium totalmente deshidratados, Juanchín se pide 7 aguas de golpe y a beber, luego vino la pausa para reponer fuerzas y un poquito de bajón, unos bocatonis, más birra, más agua y andando. Cual fue la sorpresa cuanto nada más salir nos atacó un aire gélido que te helaba hasta las entrañas, si a eso le sumamos que nuestros anfitriones choriceros no sabían a donde llevarnos, pues no morimos de frío en mitad de la calle de milagro. Y esto es punto y aparte porque en parte estropeó un poco el final de velada el no saber un  sitio guapo para ir, pero visto desde otra perspectiva demostró que por años que lleven en Barna “los primos” no están demasiado integrados con la “jungla de asfalto” y eso lejos de molestarnos, nos enorgullece, porque “tots dos són xicots de la Costa Brava, i no pas pixapins”, por mucho que las circunstancias (dos tetas y un bujero) los hayan llevado allí. Al final acabamos en un bareto regentado por dos paletos, con un futbolín donde era imposible entrar y una máquina de dardos que marcaba lo que le salía de los huevos, y un DJ que solo pinchaba “Riguitón” del más asqueroso posible y a toda hostia, o sease “dame más gasolina” y derivados “estamos en la playa, no me paso de la raya…” ¡Diós es que me pongo enfermo!!! ¡Pero si hasta Pulpovich que nunca dice nada se le acercó y le dijo:
Litmanen: -Oye, a ti te gusta lo que pinchas?
Dj: -No, pero es lo que me hacen poner?
Litmanen: -Para quién? Si somos nosotros y cuatro gatos más que solo juegan al futbolín!
Al menos las cervezas no eran caras… Hacia las 3 de la mañana nos aviaron y ahí se vio nuestro estado de forma actual: Marquiños tenía un gemelo subido desde el concierto, Rosko Wilson chutó tres veces una lata y también se le subió el gemelo, a Litmanen le entró un dolor de almendra  que le iba a explotar y un servidor… pues míster pupas estaba de puta madre, bueno un poquito de dolor de almendra pero mínimo, mas bien espesor mental, en fin, como tristemente se dice; nos hacemos mayores. Cuando Rosko Wilson y yo estábamos esperando subir al metro para hacer un poco de “The Warriors”, Litmanen cruzó 8 carriles en tres zancadas y paró un taxi y pa casa, que la cabeza le iba a reventar, no en vano estuvo 3 días para recuperarse, que cobarde, jeje.
        En resumen, un día memorable, en grata compañía, donde solo faltaron los Gemelos Derrick y que Corculio hubiese completado el día entero. Personalmente me quedo sobretodo con las ganas y energías con las que todos estuvimos dándole en el concierto, yo que lo propuse un poco como excusa y resulta que todos lo esperabais con muchas ganas, no en vano, siendo unos más heavys que otros, a todos nos ha gustado siempre mucho Hamlet y fue de los primeros grupos que escuchamos en nuestro “aprendizaje como metalheads”.
        Lo bueno es que la cosa no acaba aquí, ya que estoy empezando a maquinar otro reunited, de momento en la cartelera está el concierto de Fear Factory el 27 de mayo y el de Arch Enemy el 27 de Octubre, ambos en Barna (donde ya tenemos piso franco, jeje) y quizás una escapadita de aquí poco para ver S.A. en La Mirona de Salt, os mantengo informados, bye.