jueves, 31 de octubre de 2013

CRITICA: DARKANE, The Sinister Supremacy (2013)

Artista: Darkane
Álbum: The Sinister Supremacy
Estilo: Melodic Death/Thrash Metal
Nota: 8,8/10




Vamos hoy a por la enésima banda sueca de enorme calidad que irrumpió en la escena en el momento equivocado, y a día de hoy por muy buenos discos que atesore su carrera, siguen siendo injustamente banda de segunda fila. Hablamos de Darkane, banda que tuvo que pelear mucho hasta llegar a dicho nombre. Inicios en 1991 con dos demos de horrorosa calidad bajo el nombre de Demise, donde intentaban emular el Death Metal visceral de principios de los noventa que por aquel entonces atravesaba su momento más dulce. Más tarde pasaron a llamarse y la cosa ya dio un salto de calidad considerable, pero el verdadero paso de gigante se produce en 1998, cuando ya bajo el nombre de Darkane sacan a la luz su primer larga durada llamado “Rusted Angel”. En él la banda se unió al tremendo ejército sueco que predicaba el llamado Death Sueco o sonido Goteborg, pero con alguna diferencia respecto a sus contemporáneos, plasmada sobretodo en la inclusión de puntuales pasajes sinfónicos y algunas estructuras algo más enrevesadas que los acercaban al progresivo pero sin acabar de entrar en ello.

De ahí en adelante todo fue ir creciendo dentro de lo permitido por los mandamases del momento, pues como comentaba anteriormente el final de los noventa era una época difícil para hacerse un hueco, gente como Dark Tranquillity, In Flames, At the Gates o Arch Enemy, ya se habían labrado una gran reputación y desbancarlos del trono (en aquel entonces) era una tarea casi imposible. Darkane, lejos de amilanarse fueron sacando un buen disco tras otro y acabando de pulir un estilo único que ganó aun más enteros con la entrada del peculiar vocalista Andreas Sydows a partir de su siguiente disco “Insanity”. Pero después de tocar techo con sus dos obras magnas “Expanding Senses” en 2002 y “Layers of Lies” en 2005, cuando parecía que la banda iba a escalar de una vez por todas a primera fila, se estropeó el invento. Andreas Sydows sale de la banda, y su siguiente disco “Demonic Art” pasa prácticamente desapercibido debido al importante bajón de calidad del mismo.

Y cuando un servidor ya los daba por muertos y enterrados, y más viendo lo ajetreado que andaba el monstruo de las baquetas Peter Wildoer con varios proyectos paralelos. Pero por suerte para todos, el que hoy escribe andaba muy equivocado, y Darkane vuelven a la carga cuatro años después con una auténtica salvajada de disco y parte de culpa la ha tenido la vuelta a sus filas del vocalista primigenio Lawrence Mackroy, que sin ser un súper clase, tiene una forma de cantar muy agresiva que acaba poniendo en guardia a cualquiera. Y como si se tratase de recuperar la fiereza de antaño, Darkane se han despachado un disco arrollador donde los haya.

“The Sinister Supremacy” es un trabajo veloz, agresivo y visceral, pero que a su vez contiene continuos giros melódicos propios del Modern Metal, que le otorgan el necesario contrapunto y momento de respiro a los temas. Dichos impases se harán presentes sobretodo en los estribillos, donde Mackroy echa mano de su voz limpia para captar nuestra atención. Sobre todo en este aspecto podemos encontrar ciertas similitudes con sus compadres Soilwork, y es que no en vano ambas formaciones surgieron a la par y siempre han compartido varias características comunes.

En este disco nos encontraremos con la gran suerte de que poco importa el tema escogido, pues todos acaban avasallándote por igual, a excepción de “The Decline”, un medio tiempo pegadizo donde los haya. Pero para partirte las cervicales solo tienes que darle al inicio del tema homónimo “The Sinister Supremacy” o a “Humanity Defined”, riffs a toda velocidad, batería a piñón fijo y mucho tufo al “Slaughter of the Soul” de los maestros At the Gates. Death speedico con cantidad de asesinos riffs thrashers al uso, mala baba, energía por doquier y sutiles toques melódicos, ¡Death Sueco joder! Del que hizo grande a la tierra de los vikingos.

Punto y aparte para el trabajo de Wildoer durante todo el plástico, simplemente sublime. Demostrando que es uno de los mejores baterías de la escena metálica actual, soltando una tras otra unas bases de batería de una originalidad abrumadora. Con una técnica impoluta y una imaginación que parece no tener límites. Encontrar momentos de repetición en sus bases rítmicas es prácticamente imposible, y si uno se concentra exclusivamente en su juego de platos puede acabar absolutamente desquiciado.


Acabando, discazo de cabo a rabo que debería poner a Darkane de una vez por todas en el lugar donde le corresponde, aunque eso difícilmente ocurrirá. Yo por mi parte los perfilo como otro férreo candidato a disco de Death Metal Melódico (con cojones) del año, peleando ahí con lo nuevo de Carcass, Soilwork, Kalmah, Mercenary y alguno más que seguro que me olvido, para que luego digan que el sonido Goteborg solo fue una moda pasajera…

Hala, a cabecear tocan...




domingo, 20 de octubre de 2013

CRITICA: SYLOSIS, Monolith (2012)

Artista: Sylosis
Álbum: Monolith
Estilo: Thrash/Melodic Death Metal
Nota: 8,5



Sylosis, enésimo ejemplo de banda que rinde culto a los clásicos pero con sonido actual. No en vano cuando la banda hizo sus primeros pasos a principio de siglo, la idea principal de su líder Josh Middleton era la de crear una banda practicante de metal clásico, pero con el paso del tiempo la cosa se fue animando hasta crear este simbionte que escupe viperino Thrash mezclado con Death Melódico, y que va avanzando con paso firme a cada nuevo disco que sacan. Randy Blythe (cantante de Lamb of God), los definió en su momento como un híbrido entre el “…and Justice for All” y el "Symbolic". Obviamente se le fue un poco la mano en la comparativa, pues ambas joyas de la historia del metal son excesivamente enormes como para compararlas a nada que pueda crear cualquier otro ser humano, pero parte de razón no le faltaba. Quizás el parecido con los Death del genio Schuldiner se reduce a momentos puntuales, y sobre todo se aprecian en los solos y en algún que otro riff, pero la verdad es que con los de Hetfield sí que vamos a encontrar varias similitudes. Y no tan solo en lo musical cual cosa ya se presupone, si no de una forma espectacular en la producción.

“…and Justice for All” posiblemente sea uno de los discos en la historia del metal que más ha dado que hablar por su peculiar producción, un intento de evolución de Metallica que no acabó de cuajar, todo sonaba muy nítido pero a la vez excesivamente artificial, el bajo quedó totalmente escondido por unas guitarras que sonaban angustiosamente secas y el sonido de la batería era demasiado sintético, casi artificial. Aun así el álbum es un pepinazo en toda regla, lo que aun le da mayor valor a mi parecer, pero de lo que hablamos es de cómo Sylosis han sabido coger esa esencia del sonido que un día quiso crear Metallica y trasladarlo a pleno siglo veintiuno. El resultado es tremendo, aplastante, nítido y demoledor al mismo tiempo y con una sensación de velocidad vertiginosa. Vamos, Sylosis suenan como realmente hubiesen querido sonar Metallica cuando lanzaron su última obra magna.

¿Al igual creéis que estoy exagerando no? Pues coged el cd y dadle play al primer corte “Out From Below” y se os van a disipar todo tipo de dudas. El corte arranca con unos sutiles arpegios a lo “Fade to Black”, y una vez preparado el cuerpo pues riff asesino a lo “Blackened” y a sudarla, que estos tíos pegan muy fuerte. La voz, con cierto parecido a los primeros Trivium va de primera con esta mezcolanza de Thrash/Death, agresiva pero con deje melódico. Si seguís el tema con atención, después del solazo del minuto cinco, encontraréis un bajón melódico muy ampuloso que te llega hasta el alma, y que es marca registrada de la casa. Digamos que prácticamente en cada uno de los cortes se produce un impás de este tipo, lo cual a la larga acaba convirtiendo una virtud en un relativo error, pues todos los temas pecan de una estructura excesivamente similar y previsible. Sumándole también la excesiva duración del disco, aquí tienes los dos pequeños reproches que se les puede hacer a estos tíos, porque el resto es de traca.

Mucha manteca, temas con gancho y solos antológicos, todo a cargo del maestro de ceremonias, el líder cantante guitarrista Josh Middleton. Otro máquina del siglo veintiuno, de los que se encargan de hacer las escalas imposibles mientras cantan, menuda hornada de jóvenes talentos que hay hoy en día. Me gustaría destacar también la labor del batería Rob Callard y no como de costumbre para decir que es un “velociraptor” de dobles bombos imposibles, si no porque dentro de una escena actual donde las baterías pecan en multitud de ocasiones de sobre producidas y de utilizar excesivas artimañas, Callard se desmarca de la mayoría y nos ofrece una batería muy natural, de calidad pero creíble, que cumple su función a la perfección pero no empalaga, digamos que dejando algo más de protagonismo a las guitarras, vamos algo bastante acorde con la tradición Thrash.

El disco pasa con facilidad pese a la larga duración mencionada, temas asesinos como “The River”, “A Dying Vine”, o la mencionada “Out From Below” por citar algunas, se iran intercalando con otros cortes de perfil algo más pausado como “What Dwells Within” (temazo), o “All Is Not Well” (esta sí bastante machacona). El aroma a Schuldienr que os mencionaba cuesta bastante más de encontrar, algunos riffs y solos puntuales como la genial escala de “Fear the World” o los punteos y el tremendo shred de “Born Anew”, digamos que domina el Thrash y los retazos a Death sirven para acabar de completar y darle ese toque personal.

Poco más, enésima banda de la nueva generación con mucho que decir, por mucho que les pese a Jeff Walker, Mikael Akerfeldt y demás endiosados músicos de antaño que creen que jamás se fabricará nada mejor a lo de su época, o mejor dicho, nada mejor a lo que hicieron ellos, anda y que dejen de mirarse el ombligo e investiguen un poquito más por ahí. Yo por mi parte voy a seguir trayendo todas las novedades posibles en mi ardua cruzada, pues creo que lo que necesita la escena metalera, si no nos quedemos quedar sin metal,  es apoyo y no palos en las ruedas.




CRITICA: LOCH VOSTOK, V: The Doctrine Decoded (2012)

Artista: Loch Vostok
Álbum: V: The Doctrine Decoded
Estilo: Extreme Progressive Metal
Nota: 9,3/10




El ser humano por defecto tiene instalada de forma intrínseca, en lo más profundo de su ser, una tendencia corrosiva hacia la insatisfacción, entendida esta en varios aspectos de la vida como la incapacidad para sentirse plenamente realizado por equis razones. Cuando uno consigue al fin alcanzar ese objetivo o sueño anhelado, disfruta de una felicidad pasajera que tarde o temprano acaba diluyéndose para dar paso a un nuevo reto. Así, una vez conseguido ese trabajo que tanto esfuerzo y sacrificio ha conllevado, una vez encontrado ese “amor de tu vida” que llegó después de muchas desilusiones y noches de bar, una vez comprado ese bien material que tantos años de ahorro ha supuesto. Cuando desaparece ese primer estado de euforia, y uno se acostumbra a ello, vuelve a aparecer la jodidamente insaciable insatisfacción, con lo cual, vuelta a empezar. Y la música, “nuestra música”, tampoco puede escapar a tan inquietante fenómeno.

Una vez sentadas las bases, hace más o menos medio siglo, muchas han sido las diversas ramas, con sus pertinentes sub géneros, que han ido brotando del enorme árbol del rock, siempre con la premisa de que el árbol no acabase secándose para siempre, puro instinto de supervivencia. Y algunas se han hecho gordas como brazos de cimerio, erigiéndose como enormes puntales que han dado ya el máximo, y de los cuales a día de hoy solo se puede ir esperando puntuales brotes, que por mucho talento y energía que desprendan, están ante la imposibilidad de superar a las obras magnas ya fabricadas. Los ejemplos los conocéis de sobras, “Altar of Madness”, “Symbolic”, “Master of Puppets”, “Killers”, “Rust in Peace”, “Painkiller”, la lista es extensa y todos han sido y serán rey de reyes en su respectivo feudo.
Pero por suerte para todos nosotros, ese gigantesco árbol del que os hablaba se resiste a morir, y esa insatisfacción propia de los humanos acaba dando pie a la lucha, al trabajo, al esfuerzo y a la creatividad. A que miles de metalheads decidan exprimirse el cerebro al máximo para intentar que el gigantesco árbol del rock no muera jamás. Los suecos Loch Vostok son miembros, por derecho propio, de este particular club de “evolucionadores del metal” que se resisten a que dicho género quede estancado en sus propios clichés. Evidentemente, inventar algo a día de hoy se me antoja casi al 90 % imposible, pues casi todo se ha hecho ya, tanto en la música como en distintas artes.

Loch Vostok tampoco pretenden eregirse como los grandes salvadores ni inventores de nada, sino que lo que nos ofrecen es una fantástica mezcolanza entre diferentes estilos ya inventados, pero que combinados con la suficiente gracia, calidad y sutileza, pueden acabar dando un resultado tan impresionante como este “V: The Doctrine Decoded”. La tarea no es fácil de inicio, pues los suecos han necesitado casi una década de intentos hasta llegar al objetivo deseado por toda banda, un disco, valga mi osadía al decirlo, PERFECTO.

“V: The Doctrine Decoded” consigue aunar en una sola pieza todas sus influencias metálicas que abarcan desde el Power (americano), hasta el Death Metal más oriundo, pasando por Heavy, Melodeath, incluso alguna pincelada de Black, y esculpiendo un producto final, que para englobar todas estas etiquetas acaba llamándose Extreme Progressive Metal. Mucho son los que con anterioridad también han querido acaparar varios estilos en una sola propuesta, y muchos los que detrás de dicha gesta han acabado fabricando un refrito sin sentido de los que marean por su incoherencia. 

Así que si eres capaz de disfrutar de varios géneros metálicos a la vez, si tienes la suficiente adaptabilidad mental para ser atropellado por una tormenta sonora y acariciado por una sutil melodía en un mismo tema, esta es tu banda. De todo un poco y con mucha arte, sin empalmes forzados, sin incongruencias de las que hacen sangrar los oídos, sin rellenos, y con una producción nítida que a su vez desprende una energía abrasadora.

Mencionar los destellos de bandas que vamos a encontrar en este disco puede ayudar al oyente a hacerse una idea relativa de lo que aquí se cuece. Así que apunta, un poquito de Nevermore en las voces limpias y la contundencia de las guitarras, mezclado con las voces guturales de Scar Symmetry y sus particulares escalas progresivas, algo de Mercenary en el trabajo de las melodías y el contraste conseguido entre voces limpias y harsh, y para rematar puntuales reminiscencias a esas atmósferas etéreo-cósmicas de Pagan’s Mind, gracias sobre todo a la gran labor del teclista Fredrik Klingwall y algo del post-thrash de Grip Inc.

¿Lo tienes más claro ahora o no acabas de decidirte? Yo en el día de hoy no voy hacerte una vivisección del disco pues me llevaría varias páginas captar todo lo que esta maravilla del siglo veintiuno esconde en sus entrañas para convencerte, pero si puedo darte algunas pistas sueltas para que pruebes a ver qué tal. Así pues no puedo dejar de recomendarte el adictivo riff menea-esqueletos de “A Tale of Two Kings” o las impresionantes melodías vocales de su estribillo. La completísima “Syndrome of Self”, temazo que te puede llegar a hacerte perder la cabeza con tanto salto entre partes extremas y melodías vocales.

En punto y aparte te recomiendo “Citizen Cain”, un tema que ya marca las pautas con el primer riff in crescendo al que la voz se acoplará de idéntica manera, creando una maravilla que sorprende por su simpleza y gancho a la vez. “Twilight of the Dogs” con un estribillo que te parte en dos, o “Inflict Chaos” algo más melódica, rozando el medio tiempo. Y cerrando el breve resumen te dejo con la joya de la corona “Claim the Throne”, donde podemos incluso encontrar reminiscencias a los Emperor más sinfónicos, y para lo que nos espera en el minuto 2:47 yo no tengo palabras.


“V: The Doctrine Decoded” es una pieza que va a satisfacer a todos aquellos que piensen que en la fusión de estilos reside una de las principales bazas para hacer que el metal resista al paso del tiempo sin acabar oxidado. Esperemos que este pedazo de trabajo sirva para que Loch Vostok obtengan de una vez por todas el reconocimiento merecido, pues hasta el momento no son una banda demasiado conocida. Yo por mi parte ya he aportado mi granito de arena trayéndolos aquí, espero de verdad que el disco os cunda tanto como me ha cundido a mí.

Caviar para vuestros oídos: