Hoy
os comento un libro que leí recientemente y aunque tiene ya sus añitos, poco
importa porque es una historia perecedera en el tiempo y por años que pasen,
aventuras como esta seguirán sucediendo.
El
libro narra las aventuras de 4 amigos que ya se acercan a los 30 y deciden
montarse un agosto a lo grande para
reivindicarse a si mismos lo jóvenes y locarios que todavía son, alcohol, sexo,
drogas y fiesta en general. En realidad se trata de una forma de evasión para
cada uno de ellos, ya según transcurra la historia se irán viendo los problemas
y carencias de cada uno de los personajes y como tratan de afrontarlos, o no,
según el caso.
La
pandilla es bastante típica, Claudio es el guapo y chulete de la peña, el que
más liga y el que tiene una filosofía más despreocupada y simplista. Luego
tenemos a Blas, el gordito simpático y cordial que no se come un rosco.
Seguimos con Raúl, un enfermo sexual (más que los demás si cabe) incapaz de
afrontar responsabilidades y con el problemón de que acaba de tener gemelos, y
por último el protagonista Solo, que vendría a ser un personaje muy al estilo
del doctor House, osease un tipo incapaz de ser feliz porque cuando ve la
felicidad cerca se encarga de estropearla el mismo, evitando así ser demasiado
feliz y quedar herido en caso de que esta desaparezca.
Durante toda la
historia van apareciendo una serie de mujeres con mayor o menor importancia
según el caso, personalmente encuentro muy interesante el encuentro con Estela, una “vieja” que se encuentran en un
hotel colocado en un lugar remoto de forma algo surrealista y que tiene un
enfoque de la vida algo peculiar. Toda la obra rebosa filosofía vital, los
distintos modos de ver y vivir la vida según cada personaje, destacando
sobremanera el enfoque de Solo, que no solo es incapaz de ser feliz si no que
se muestra muy cínico sobre la felicidad de los demás, ya que todo le está mal.
El libro también le da
un buen repaso a lo que significa la
palabra “amistad”. Lo que podemos esperar de un amigo, porque somos
amigos, y como interaccionan los amigos entre sí. Todo el que haya tenido un
grupo de amigos se sentirá identificado en uno u otro momento, tanto en las
cosas malas como en las buenas. Yo me quedo sobretodo con una frase del libro
que dice más o menos esto “la amistad es un barco donde van dos y cuando hay
una tormenta solo queda uno” y lo dice en referencia a que por muy amigos que
seamos, normalmente, nos comemos los marrones solitos, somos incapaces de
explicar los problemas, abrirnos con sinceridad. Sinceramente no me explico las
razones, pero en general todos actuamos igual (al menos en mi peña), será por
orgullo, por terquedad, porque nos queremos demostrar a nosotros mismos que
somos capaces de resolver nuestros problemas, quizás también porque
precisamente los ratos que pasamos con nuestro colegas los queremos para
disfrutar y evadirnos de dichos problemas… la razón exacta no la sé pero lo que
si puedo afirmar es que nos equivocamos completamente, no hay mejor terapia que
compartir los problemas, el solo hecho de que alguien te escuche ya es una
descarga de tensión considerable, además el otro quizás pueda darte algún
consejo o comentario y como mínimo te dará su apoyo. El hecho de encerrarse uno
mismo con su propia mierda solo hace que te vuelvas más huraño y duro, te vas
haciendo una coraza que, lejos de ayudarte, solo te aleja de los demás. Acabas
más duro por fuera y débil por dentro, todos necesitamos dar y recibir cariño,
si no mal vamos.
Bueno, me dejo ya de
filosofía ñoñera y acabo recomendado totalmente el libro, rápido de leer, muy
divertido y disparatado, con cambios constantes de situación, y pisando una
realidad existente en la que por momentos seguro os sentiréis identificados,
este libro es imposiblel que os aburra, palabra.
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