Si eres de los que a día de
hoy todavía disfrutas con un buen disco de Death Metal Old School sin
concesiones, con potentes distorsiones, voces guturales por doquier, una
machacante batería y caña por un tubo combinada con riffs algo más densos, este
es tu disco.
Los veteranos holandeses
vuelven a la carga con su octavo trabajo de estudio Deathhammer, que traducido literalmente sería más o menos “martillo
de la muerte”, yo haciendo un chiste malo, lo traduciría por “taladro de la
muerte” porque el disco es una auténtica pesadilla. Vayamos por partes porque
si no parece que esté desprestigiando este trabajo y no es así. El disco tiene
una producción impecable, unos temas perfectamente ejecutados, incluso una
portada tremenda, pero sus 55 minutos de duración se hacen una eternidad debido
a su monotonía y nula originalidad. Y es que estos tíos no han evolucionado ni
un ápice desde su disco debut The Rack
en 1991. Por esas fechas aproximadamente es cuando yo empecé a formarme como
metalhead, y en ese entonces el Cause of
death o el The end complete de
Obituary me parecían discos extraordinarios, al igual que los trabajos de
Asphyx, Grave, Morbid Angel, los primeros Death, etc. Pero han pasado más de 20
años, y la música ha evolucionado un montón, ahora los grupos de Death Metal
son capaces de incorporar muchos matices a sus trabajos que los enriquecen de
diversas formas, ya sean pasajes progresivos, voces limpias, teclados, etc.
Porque el Death Metal Old School se hace excesivamente monótono y pesado. Algunos como por ejemplo Death realizaron una evolución perfecta, fieles a sus orígenes fueron evolucionando hasta ofrecernos obras maestras como el Individual thought Patterns o el inmortal Symbolic, pero parece que Asphyx se quedó encallado y lo único que varía de sus primeros discos a este Deathhammer es que el sonido actual es muy superior, ya que la tecnología ha evolucionado mucho, pero nada más. Aún así. si
todavía andas por esos senderos metaleros vas a disfrutar como un loco, si por
el contrario has evolucionado (musicalmente hablando) y te sientes más cómodo
escuchando bandas como Arch Enemy, Soilwork, Barren Earth o Mercenary entre
muchos otros, no hace falta que pierdas el tiempo en darle una escucha.
Nota: Este disco debe
puntuarlo alguien al que todavía se le pongan los pelos de punta cuando escucha
el Slowly be rot de Obituary, y a día
de hoy ese no soy yo, y haría una injusticia puntuando a la baja un excelente
trabajo dentro de su estilo.
Os dejo con un breve pero potente corte, de los que si estás con los colegas en un bar dices; como mola, pero si luego te zumbas el disco entero...
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