Príncipes del trash metal en los 80,
tuvieron su fase experimental durante los 90 como tantos otros grupos, incluso
entre altibajos tuvieron la soberbia de cascarse un disco como Endorama que se
acercaba más al gothic metal que al trash, pero que era de un nivel increíble,
muchas bandas del género darían lo que fuera por sacar un disco como ese. Más
tarde decidieron que había llegado el momento de recuperar el trono del trash
metal y así lo hicieron, con el incombustible líder Mille Petrozza, el
atronador Ventor a la batería, Christian Giesler al bajo y el flamante fichaje
Sami Yli-Sirniö a la guitarra sacaron el tremendo Violent Revolution (2001),
disco que iba a ser el inicio de una nueva era de reinado trash que a día de
hoy no parece tener fin. Ya el primer tema de este disco era toda una
declaración de intenciones Reconquering
the throne, que cada uno lo interprete como quiera. Y de ahí en adelante ya
sabéis como continúa la historia, en 2005 sacan Enemy of God una auténtica joya
del trash metal moderno donde agresividad y melodía llegan a su cénit con una
producción impoluta. Más tarde atacan con un disco para partir cuellos,
Hordes of Chaos (2009), un disco aún más agresivo si cabe, una especie de
Pleasure to kill adaptado a los tiempos modernos. Y ya en 2012 vuelven a la
carga con otro disco de coleccionista, Phantom Antichrist que sigue por los
derroteros del Enemy of God y si no alcanza el nivel de perfección del anterior
mencionado, poco le falta.
Breve intro y a darle con la canción que
da título al disco Phantom Antichrist,
un temazo completísimo que ya nos da una certera idea de lo que nos queda por
delante, potencia, rabia, dosis justas de melodía y temas con mucho, pero que
mucho gancho. Death to the world es
un auténtico trayazo, canción muy cañera con solo asesino que se va disolviendo
en melódico para volver a finalizar el tema a tope. Turno ahora para un medio
tiempo fantástico From flood into fire se desarrolla al revés que la
anterior, empieza más pausada, contiene su trozo trayero de rigor y acaba a
medio tiempo, gran estribillo. Civillization
collapse comienza con unos redobles de batería que por unos instantes nos
transportaran al genial tema Terrible
certainity del 1987, uno de los grandes trabajos de sus inicios. A la
entrada de batería le sigue un excelente riff melódico que da paso a la traya
sin tregua. El siguiente tema United in
hate, comienza con una intro de guitarra acústica a la que sigue un grito
asesino y caña a tope, un tema buenísimo con un estribillo muy pegadizo
acompañado por un riff melódico genial. Sea dicho de paso que Mille Petrozza tiene una facilidad para crear estribillos pegadizo poco común, ya incluso en sus primeros discos, es un auténtico maestro en el tema. En The
few, the proud, the broken los germanos nos sorprenden con un tema
diferente a lo acostumbrado, digamos que es más experimental y variado, no
sigue los patrones habituales de su estilo trash, obviamente no os esperéis un
tema progresivo ni nada por el estilo, el resultado final es un temazo
imaginativo, completo, compacto y donde Ventor está tremendo con la batería, y
por cierto es la tónica general de todo el disco ya que posiblemente sea el
disco más completo de Ventor en su carrera, con multitud de ritmos imaginativos
y clavadísimo en todos los cortes y cambios de ritmo. Your heaven, my hell es un corte soberbio, de mis favoritos del
disco, comienza con un excelente riff muy heavy que da paso a la voz de
Petrozza en tono natural, el tema se calienta y a disfrutarlo, el estribillo es
absolutamente genial combinado con el riff inicial es una maravilla, y el solo
es posiblemente el mejor del disco, espectacular temazo. Nos acercamos al final con
Victory will come un tema muy fresco
y dinámico, no tan ampuloso, directo y pegadizo y que da paso a otra obra
maestra Until our paths cross again,
una maravilla melódica donde se nota mucho la mano de Sami Yli-Sirniö, en él
nos encontramos a un Petrozza modulando su desgarrada voz al máximo para estar
acorde al tema, verdad que le queda bien pero quizás hubiese sido el momento
oportuno para una colaboración especial a las voces como por ejemplo el
cantante de Amorphis, el corte es fantástico y es un broche de oro perfecto
para la enésima obra maestra de los teutones. Es un tema de cierre de los que
hacen que te entren ganas de escuchar el disco otra vez en seguida.
Pues ahí lo tenéis, los tres años de
espera han merecido la pena como de costumbre, la perfecta e incansable máquina
alemana de crear trash parece que no tiene límites ni fecha de caducidad,
fieles a los patrones que ellos mismos patentaron nos siguen deleitando con
grandes trabajos como éste. Junto al The Devil’s Resolve de Barren Earth, son
los dos mejores discos de metal en lo que va de año.
Nota: Más y mejor no se puede, bueno sí el Enemy of God quizás... ¡Que cojones, obra maestra y punto! Así que un
10/10.
¡Y
ojo al dato, para noviembre visitarán nuestras tierras en una gira conjunta con
Morbid Angel y Nile, id preparando las cervicales por que va a ser destrucción
masiva!
Os dejo con el apocalíptico vídeo Phantom Antichrist:
Y de paso también podéis disfrutar con la versión de Iron Maiden de The Number of the beast, un homenaje a una de las bandas más influyentes e importantes de la historia del metal. Espero y deseo que de aquí unos años, las nuevas bandas emergentes hagan versiones de Kreator como una de sus grandes influencias, por que realmente se lo merecen.