Corría
el año 1991 cuando Paradise Lost sorprendió a propios y a extraños sentando las
bases del Gothic Metal con el
increíble disco titulado Gothic, donde fueron pioneros combinando elementos de
death metal con elementos orquestales y voces femeninas. Pero esto era solo el
principio, la cosa se fue puliendo y depurando y en 1993 aparece Icon, una
auténtica obra maestra donde la melancolía musical alcanza límites
insospechados hasta la fecha y al que siguió dos años después el insuperable
Draconian Times, más dinámico que el anterior es posiblemente uno de los
mejores discos de la historia del metal. A partir de ahí cambio de chip,
Paradise Lost siempre se han caracterizado por estar en constante evolución y a
partir de 1997 con el disco One second, hubo un bajón de agresividad más que
notable, sonido mucho más rock incluso por momentos titubeando con el pop,
prácticamente todo voces limpias, y
predominancia de teclados en perjuicio de guitarras distorsionadas. Valga decir
que fue a partir de ahí cuando perdí el interés por esta banda, pues el rollo
HIM, The Rasmus, Ramstein y pasteladas por el estilo nunca me han interesado.
Fue a partir de 2007 con el lanzamiento de In Requiem, cuando leí alguna que
otra crítica diciendo que Paradise Lost habían vuelto a los orígenes y tal. Lo
primero que pensé es que era pura estrategia de marketing como ya ha pasado
muchas veces con otras bandas, pero nada más lejos de la realidad, con In
Requiem la banda volvía realmente a la senda del metal, y parece que desde
entonces no piensan abandonarla, ya que en su siguiente disco Faith Divides Us
– Deathh United Us el sonido se hizo aún más duro si cabe, y se ve que le han
cogido gusto a la cosa y este nuevo Tragic Idol sigue por los mismos
derroteros, vamos a ello.
El
disco arranca con Solitary One toda
una declaración de intenciones, con una atmósfera que recuerda por momentos la
oscuridad y contundencia del Gothic, los tres siguientes temas siguen una línea
muy melancólica y los magistrales juegos de voces de Nick Holmes son constantes.
En Theories from another World hay un
cambio de orientación hacia ritmos más rápidos, con un doble bombo más que
interesante y un riff principal muy pegadizo, puede que sea el mejor corte del
disco. In this we Dwell sigue por
unos derroteros bastante potentes, pero será la última, en el resto de temas
seguimos con la pesadez y melancolía habitual de los ingleses.De los siguientes temas destacaría sobremanera el apartado vocal de To the Darkness.
Un
buen trabajo, de una formación súper sólida que, exceptuando al batería,
conserva a los mismos componentes desde sus inicios. No llega al nivel excelso
del Icon y el Draconian Times, pero posiblemente sea el mejor disco que sacan
en años, altamente recomendable.
Nota: 8/10.
Os dejo con este fantástico vídeo, subtitulado para tontos como yo que no saben inglés, a disfrutarlo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario