Corría el verano de
2009, cuando en el Sonisphere de Barna actuaban, entre otras grandes bandas,
unos tales Gojira. No los conocía de nada y de verdad que me gustó mucho su
energética puesta en escena, pero el día fue muy largo y después del festival
no me preocupé en saber más de ellos. Más adelante escuché algún tema suelto y
me parecieron un grupo de estilo Groove/Metalcore, algo pesado y repetitivo,
tipo Lamb of God (grupo que una vez escuchadas tres canciones, ya están
escuchadas todas). ¡Madre mía, tengo unas primeras escuchas que son para
enmarcar! ¿Podía estar más equivocado? ¡Estos tíos son unos putos genios! Estos
chavales, y digo chavales por que todos
se mueven en los treinta y tantos, son unas bestias musicales, súper
originales, contundentes, expeditivos, melódicos, sobraditos de técnica, vamos
que lo tienen todo.
En esta ocasión la
crítica que voy a realizar es un poco atípica, en el sentido que yo los he
descubierto por su último disco, osease que no puedo comparar con sus trabajos
anteriores, lo que me limita pero a la vez me da un plus para opinar sin prejuicios
o ideas preconcebidas sobre lo que “debía” ser, o no, este disco. Antes que
nada avisar que son un grupo especial, no apto para todos los públicos, son un
simbionte que escupe Death/Groove/Modern Thrash/Progresivo, con furia y
sutileza a partes iguales. Un grupo de esos que solo te deja dos posibilidades,
o te encantan y los encuentras unos auténticos genios, o por el contrario no
los tragas, no suelen haber medias tintas para música tan enrevesada. Algo
similar a lo que te puede ocurrir con bandas como Nevermore, Opeth, Grip Inc, o
Mastodon, entre otros.
Lo primero que llama
la atención de “L’Enfant Sauvage” es la portada, sencilla pero explícita, toda
una declaración de intenciones. La silueta de un busto humano al que le crece una
especie de árbol por dentro, reflejo de la filosofía del grupo, sus letras
están enfocadas hacia la espiritualidad, el desarrollo como personas y la
relación del ser humano con la naturaleza. Vamos al disco.
“L’Enfant Sauvage”
arranca con Explosia, título que
pienso va con segundas, pues el primer tema es una auténtica explosión sónica. Nos
engullen unas guitarras con arrastres muy características, y un Go! del tremendo
vocalista Joe Duplantier, que nos mete de lleno en el tema, con su hermano dándole
cera al doble bombo desde buen inicio. La canción está dividida en tres partes,
la segunda con riffs más estirados y Joe desgarrándose la garganta a lo Anders
Fridén de In Flames, y una última parte instrumental que acaba a modo de fade
out, inicio soberbio para entrar en materia.
Segundo tema, el que
da título al disco, L’Enfant Sauvage,
posee un riff muy a lo Mastodon y otra vez Joe desgañitándose con su
característica voz agónica, ojo a las tensiones que consigue este temazo con
los cambios de ritmo, al alcance de muy pocos, y a partir del minuto 3:00
atacan con una base de doble bombo y riff destructivo a lo Morbid Angel que
pone los pelos de punta.
Seguimos con The Axe, otra auténtica maravilla, con
una base rítmica de doble bombo atronador que aguanta perfectamente las
guitarras vibrantes a lo Black Metal, tema denso, cargante, machacón. Las
guitarras pesadas de ultratumba vuelven
a recordar y mucho a los Morbid Angel del “Domination” en adelante.
Pasamos a Liquid Fire, si hasta ahora todos los
temas eran obras maestras, este posee un plus de genialidad, riffs increíbles,
una batería súper dinámica y original, estrofas con voz robótica que nos
recuerda al memorable “Focus” de Cynic…una auténtica maravilla!!!
Cuatro temazos
seguidos que te han martilleado el cerebro a base de bien, todavía estás un
poco K.O. después de tal descarga de furia, potencia y melodía, pensando en que
cojones hacen estos tíos que te llega tanto. Pues ahora, para relajarte, una
ida de olla de menos de dos minutos, íntegramente instrumental, The Wild Healer te va a dejar pasmado
por ser tan sencilla como adictiva. A estas alturas ya vislumbras que estos tíos
son muy, pero que muy grandes. Que tienes ante ti un material poco común,
veneno dulce para tu sed de buen Metal.
Se desliza sutilmente
esta The Wild Healer, y Gojira vuelve
a atacar con un temazo de pegada total, Planned
Obsolence, Brutal Death Metal por la vena, con un blast beat apoteósico, y
cambio de Joe a voz “modo Satán”, seguido de su descanso melódico “habitual”,
para el cual me quedo sin palabras, majestuoso! Volvemos al blast beat del
inicio y terminamos con unas ambientales notas de teclado, buf!!! Gran canción
para un tema de candente actualidad y que nos afecta a todos.
Vamos ahora a por Mouth of Kala, y yo aviso que me estoy
quedando sin adjetivos, otro inicio “Morbidangelesco” seguido de buenas
melodías vocales, tema a modo de montaña rusa, un tira y afloja entre los riffs
atronadores y la melodía vocal, y un fin de tema expeditivo, menuda pegada! Con
una contundencia que aplasta todo lo que encuentre por delante. Por si alguien
todavía no se había dado cuenta, la producción es de cinco estrellas, sonar
mejor se me antoja imposible.
The
Gift of Guilt arranca con un riff pegadizo de
cojones, guitarras punzantes a lo Machine Head, el tema juega constantemente con el mega riff del
inicio para los estribillos, en este tema Mario Duplantier se sale, con
constantes cambios de ritmo y un control del plato rítmico y el doble bombo
apabullantes.
Parece que a los
“hermanitos” Cavalera les ha salido competencia, bueno, más que competencia,
compañeros de batalla, ya que Joe participó como bajista, guitarra, y apoyo en
las voces, en el disco “Inflikted” del proyecto Cavalera Conspiracy.
Toca un poco de
reposo, Pain Is a Master arranca con
un pasaje sombrío con voz femenina de fondo, poco más de un minuto dura la cosa
hasta que vuelven a la carga con su brutalidad habitual, la adrenalina se
dispara, a estas alturas la batería de Mario ya debe de estar incandescente,
que animal! A partir de medio tema se cascan unos coros etéreos de esos que te
transportan, puro placer para nuestros oídos.
Nos acercamos al
final y ahora toca un tema especial, muy calmado, oscuro y gélido, pero
maravilloso, solo apto para las mentes más abiertas. Born in Winter mantiene la esencia Gojira intacta y, aunque tiene
algún momento en que parece que se va a desmadrar, consigue inmiscuirnos en una
deliciosa calma tensa.
Lo bueno no puede ser
eterno y toca acabar, que mejor manera que con The Fall, otra proeza musical, lo tiene todo, pasajes tenebrosos,
potencia, melodía, las dos voces de Joe, el sempiterno doble bombo de Mario… que
más se puede pedir.
Los fans de Gojira
sabrán si este disco cumple las expectativas y sigue una evolución musical
correcta. Yo de momento he quedado tan hipnotizado y enganchado a este
“L’Enfant Sauvage”, que voy para escucharme toda su discografía, porque vete tú
a saber lo que me he estado perdiendo durante todo este tiempo. De momento ya
le he echado un tiento al “The Way of All Flesh” y al “From Mars to Sirius”, y he tenido suficiente para ver que “L’Enfant
Sauvage” no es fruto de la casualidad, ya que sus predecesores pintan muy, pero
que muy bien.
Llevaba
tiempo que una banda no me transmitía tantas sensaciones, Gojira consiguen
introducirte a base de riffs potentes y trabajadas melodías, en su propio universo
musical, agobiante, colérico y oscuro, a
la vez que apacible, sutil e hipnótico. Te absorben con su música y te
transportan hacia él. La última banda que me causó tal impacto al descubrirlos fueron
los geniales Nevermore (los descubrí tarde, con el “This Godless Endeavor”, y
en tres semanas me sabía la discografía entera, vaya monstruos!) . Dadle una
oportunidad a “L’Enfant Sauvage”, una obra de orfebrería que seguro no os va a
defraudar.
La nota ya os la podéis suponer no: 10/10, sin dudas.
Os dejo con el vídeo L'Enfant sauvage:
TRACKLIST:
1. Explosia.2. L'Enfant sauvage.
3. The axe.
4. Liquid fire.
5. The wild healer.
6. Planned obsolescence.
7. Mouth of Kala.
8. The gift of guilt.
9. Pain is a master.
10. Born in winter.
11. The fall.
LINEUP:
Joe Duplantier (Vocals, guitars).Chistian Andreu (Guitars).
Mario Duplantier (Drums).
Jean-Michel Labadie (Bass).