Artista: THE FACELESS
Álbum: AUTOTHEISM
Estilo: Progressive/Technical
Death metal
Nota: 10/10
THE
FACELESS joven formación norteamericana que ya tocan como
si fueran veteranos, liderados por el guitarrista y cantante Michael Keene, un genio en potencia,
teclados, programación, producción, como Juan Palomo (yo me lo guiso yo…). En
la onda Devin Townsend o Peter Tägtgren, superdotado musical con
creatividad in crescendo. Cuatro años han pasado desde el anterior disco “Planetary Duality”, excelente trabajo,
breve pero intenso, una especie de preludio o aviso de lo que nos estaba
preparando para este 2012, los dos últimos temas del disco dan buena cuenta de
ello. Cambio casi por completo de formación, solo continua Lyle Cooper a la batería (normal que continúe pues es una bestia
parda) y el jefe Mike. Siguiendo las
pautas de otro genio, Chuck Schuldiner,
el cual no aguantaba a los miembros más de dos discos, y el resultado final es
conocido por todos.
Vamos con “Autotheism”, metal técnico progresivo,
a los más ancianos del lugar les vendrá enseguida a la mente los pioneros “VOÏVOD” etapa “Killing Technology” y “Dimension
Hatröss”, a los más modernos les asaltarán los incesantes cambios de ritmo
de los suecos THEORY IN PRACTICE,
las tensiones dramáticas y constantes juegos de voces de OPETH, las atmósferas cósmico-futuristas del maestro DEVIN TOWNSEND, y la locura virtuosista
de la nueva hornada técnico-progresiva con OBSCURA
y NECROPHAGIST como principales
exponentes del género.
¡Buf! Supongo que se
te ha hecho un nudo en el cerebro solo de pensarlo, unos simples preparativos y
ya estarás listo, abre las escotillas mentales a tope, apaga el móvil, agarra
los cascos, bien sentadito no te vayas a caer de culo, y dale al play. Nos sumergirnos de lleno en el universo de “Autotheism”, un maravilloso viaje
musical dónde se narran todo tipo de acontecimientos relacionados con Dios, la
Creación y la Evolución, el Cosmos… una locura filosófica solo apta para los
más intelectuales, entre los cuales obviamente no me incluyo. Pero el
espectáculo musical es tal que tanto da, exceptuando la temática social
habitual en el thrash, el resto del metal siempre ha pecado de cutre (dragones
y mazmorras, Torquemada, destrucción, gore, satanismo…) pero este es debate
para otro día.
El disco arranca con “Autotheist Movement” tema dividido en
tres fragmentos, empezamos fuerte, vacilones, toda la carne en el asador. La
primera parte, “Creation”, abre con unos teclados a modo de intro
con regusto a banda sonora, poco más de un minuto y damos paso a un melódico riff que se irá
intercalando de forma puntual a lo largo de la “trilogía”, los ataques
guturales de Geoffrey Ficco contrarrestan
la melódica voz de Michael Keene, una constante que se repetirá durante todo el
plástico.
Poco dura la
tranquilidad, “Emancipate” entra
como un obús, patada en la boca, ostión death metalero en toda regla, blast
beats a todo trapo y unos riffs ultra técnicos, quemando púa hasta que aparecen
los llantos de unos bebés, apoyados en unas melodiosas notas de piano que
consiguen crear la atmósfera futurista deseada, “devintownsendismo” del bueno
con imposibles escalas progresivas de guitarra, rozando el neoclásico. Ahora
ataca Michael Keene y su voz limpia
con otro bestial blast beast de fondo y riff agresivo, (conozco pocas bandas
que sepan hacer esto a este nivel), las voces limpias se repiten con bases
rítmicas de diferentes velocidades, menuda locura, ahora es “opethismo” lo que
reina, breve frenazo con una guitarra solista que nos prepara para el clímax,
una escala progresiva futurista antológica secundada por una base de doble
bombo entrecortado de dieciocho quilates, ¡ostias que pasada!, estoy que
reviento de gusto, empalme desorbitado, ni con una caja de viagra, llevo
catorce líneas hablando de la misma canción y estamos a la mitad, el resto es
cosa vuestra, diez mil cambios de ritmo más
y un final con un solo de otra galaxia.
Vamos a por la
tercera en discordia, “Desconsecrate” comienza
con órganos fúnebres, oscura y delicada, pronto aparecerá la paranoia padre, un
circo de los horrores, una feria ambulante con mujer barbuda, enanos grotescos
y hombres lobo. Sin espera aparecen los ritmos arrolladores, riffs a toda
pastilla, breaks constantes y Lyle
Cooper destrozando los parches y fundiendo el doble bombo. Hacia medio tema
suena la parte jazz, un solo de saxo que
cuaja fantástico y que dará paso al mejor solo de guitarra del plástico, si
antes trempaba con este solo ya mancho. Una tenebrosa frase en latín y cerramos
tema otra vez con el ritmo circense dantesco, con It de Stephen King
corriendo hacia ti, por favor que acabe ya el tema que tengo mucho miedo.
Finaliza la descomunal
trilogía y sin tiempo a digerirlo te llueve “Accelerated Evolution”, no bajan el pistón, otra joya progresiva,
mil cambios de ritmo, medios tiempos, blast beast, elementos jazz, atmósfera
cósmica, el riff-escala principal para enmarcar, canción imposible a nivel
compositivo para la mayoría de los mortales.
“The
Eidolon Reality” posee un inicio “voïvodesco” seguido
de un breve solo para empezar, continuamos con imposibles blast beasts y con Geoffrey Ficco jugando con diferentes
modulaciones de sus registro gutural, no tardan en aparecer las melodías
vocales de Michael Keene, se suceden
los breaks y las escalas prodigiosas.
Comienzo tétrico para
“Ten Billion Years”, tema algo más
pausado, más centrado en el componente sinfónico y las voces limpias. Al que
seguirá un puntazo de cuidado “Hail
Science”, menos de un minuto recitando unas palabras del científico Stephen Hawkins que darán paso a “Hymn of Sanity” un tema de minuto y
medio de destrucción masiva, violencia musical en estado puro.
Cerramos con “In Solitude”, otra maravilla
compositiva, inicio con guitarras acústicas y voces limpias, la entrada de
distorsión y voces guturales no será tan repentina y violenta como en
anteriores cortes, todo es más “normal” y fluido, sin tanta locura extrema. Los
coros consiguen un componente épico que no había aparecido hasta ahora,
paranoias cósmicas, escalas de guitarra tan geniales e imposibles como
adictivas, y acabamos tema con los citados coros épicos, mejor imposible.
Irónico tal vez que sea el tema más asequible del disco siendo también el
último, ya sabes, si no eres muy ducho en metal técnico progresivo comienza por
la última.
Como dice el dicho:
lo bueno, si breve, dos veces bueno. Cuarenta minutos de genialidad compositiva
y virtuosismo técnico, sin un segundo de relleno, pieza de coleccionista,
cuidada hasta el más mínimo detalle, de una complejidad compositiva suprema, lleno de influencias pero con personalidad
propia. Este “Autotheism” es una
obra maestra de antología, en unos años será considerado disco de culto como lo
es a día de hoy el “Focus” de CYNIC.
THE
FACELESS se mete de lleno en las peligrosas arenas
movedizas del metal técnico progresivo, y apoyándose en las bases sentadas por
los maestros Townsend y Akerfeldt consiguen salir de ellas
haciendo surf, un escalón más en la imparable evolución del metal. ¿Dónde está el
límite? Solo ellos y unos cuantos visionarios más de la música tienen la
respuesta.
De momento aquí os dejo con un tema de mear y no echar gota "Emancipate"
Formación:
Michael Keene: Guitarra, voces límpias, teclados, secuencias.
Wes Hauch: Guitarra.
Geoffrey Ficco: Voces.
Evan Brewer: Bajo.
Lyle Cooper: Batería.
Temas:
1. Autotheist Movement I: Create.
2. Autotheist Movement II: Emancipate.
3. Autotheist Movement III: Desconsecrate.
4. Accelerated Evolution.
5. The Eidolon Reality.
6. Ten Billion Years.
7. Hail Science.
8. Hymn of Sanity.
9. In Solitude.
Publicado por Detox.
No hay comentarios:
Publicar un comentario