Artista: Fleshgod Apocalypse
Álbum: Agony
Estilo: Symphonic/Technical Death Metal
Nota: 9/10
A
estas alturas, curtido en mil y una batallas, habiendo degustado mil y una
exquisitez, y también mil y una porquería infumable, uno piensa que ya no hay
propuesta alguna que le pueda llegar a sorprender. Los géneros clásicos han
tocado techo, por suerte se puede seguir disfrutando de excelentes lanzamientos
de Heavy, Thrash, Black o Death (por citar algunos), pero posiblemente todas
las obras magnas de dichos géneros se han parido ya, y difícilmente ningún
nuevo lanzamiento, por bueno que sea, nos puede llegar a sorprender. Nos puede
encantar, pero el elemento sorpresa está obsoleto.
Así
pues, con la segunda década del siglo veintiuno en marcha, el futuro del metal
radica en la capacidad de las nuevas formaciones para, a base de esfuerzo y
creatividad, conseguir una correcta evolución del metal. En esta ardua tarea
que no es para nada sencilla, parece que uno de los caminos más habituales a
seguir es la fusión de estilos. Valga decir que a día de hoy los resultados
cosechados con dicha forma de proceder, han sido sorprendentes y excelentes a
partes iguales. Las jóvenes mentes creadoras actuales no conocen la palabra
imposible y se atreven con todo, y si a eso le sumamos la calidad técnica que
atesoran ya desde bien jovencitos, y la cantidad de material clásico del que
pueden influenciarse, pues acaban saliendo piezas tan inversemblantes como la
que os traigo a continuación.
Eso
sí, para la locura extrema que hoy nos acontece, podéis preparar de antemano el
bote de sal de fruta y la tortilla de aspirinas, pues el chaparrón sónico que
os va a caer encima es tal, que vais a estar una semana arrastrando los pies y
con la mirada perdida cual zombi aletargado. El que avisa no es traidor, así que
yo me eximo de toda responsabilidad si a las primeras de cambio os explota la
cabeza (literalmente hablando). ¿Creéis que exagero? Pronto lo vas a comprobar.
Llegados
desde Italia, país no excesivamente destacado en cuanto a metal se refiere, que
tuvo su relativo esplendor metalero con el Power Metal a mediados de los noventa, con bandas del
calibre de Labyrinth, Vision Divine, o Secret Sphere entre otros. Y desde inicios han ido apareciendo toda una
serie de interesantes bandas, que se mueven en los violentos derroteros del
Brutal Death Metal. En el caso de Fleshgod Apocalyspe la propuesta va un poco
más allá, Brutal Technical Metal fusionado con Simphonic Metal, y digo
fusionado en vez de combinado porque la simbiosis es total, y los elementos
orquestales no se limitan a momentos puntuales, si no que tienen la misma importancia
y preponderancia que el resto de instrumentos. Vamos a ver que nos depara este
“Agony”.
Arrancamos
como suele ser habitual en este tipo de trabajos con la intro sinfónica de
rigor “Temptation”, oscura, gélida, apocalíptica, preparándonos para la batalla,
un metalhead con experiencia ya sabe que un inicio de este tipo esconde algo
muy bestia detrás, pero no se hasta que punto puede estar preparado para la
vorágine de “The Hipocrisy". ¡Menuda tormenta sonora! La batería echando chispas
de buen principio, el frontman berreando como un poseso, los hachas quemando
púa, y los violines fundiendo arco a
manta. Produciendo más fuego que en mismísimo infierno, ni el puto Satanás está
preparado para tal aberración sónica. Aparecen las primeras voces limpias subiendo
tanto el tono que están a punto de rozar el ridículo, por suerte salvan el
tipo. Llueve el primer solo para darnos un respiro, es de los pocos momentos
donde uno puede disfrutar del trabajo de las guitarras, pues el dominio los
elementos sinfónicos y la batería es tan apabullante, que ahogan un poco el
trabajo de los dos hachas.
¿Qué,
cómo se te ha quedado el cuerpo? Boquiabierto, estoy seguro. Pues vas a tener
que recuperarte rápido pues “The Imposition” viene igual de furiosa y
desquiciante, no hay respiro alguno, seguimos por el mismo camino, todo tan
denso, complejo y recargado que uno no sabe a donde acudir. Tranquilo colega no
te pongas nervioso, este es solo tu primer asalto, vas a necesitar un montón de
escuchas antes de que puedas saborear este trabajo tan barroco en toda su
plenitud.
Un
detalle enriquecedor muy a tener en cuenta es como empalman las canciones entre
sí, el final (normalmente sinfónico) de una, sirve como hilo conductor de su
predecesora, dotando así al plástico de gran homogeneidad. Y si ha esto le
sumamos que las letras también funcionan de forma correlativa, narrando por
fases la decadencia del ser humano, tenemos un todo aconsejable de disfrutar
del tirón. Cincuenta minutos seguidos de estos tíos son mucha tela, pero yo ya
os avisé de que este “Agony” no era una tarea fácil. Os animo a no desfallecer
en el intento, y ya os adelanto que en la segunda mitad del disco aparecen
algunos temas algo más “asequibles”.
Nos
habíamos quedado en “The Deceit”, más de lo mismo, mucha leña, lo mejorcito es
su final sinfónico in crescendo que nos prepara para uno de los mejores cortes
del disco “The Violation”, más caña burra , a estas alturas Francesco Paoli ya
debe haber roto dos juegos de parches de la batería ¡que coño le pasa a este
tío! Menuda manera de aporrear dicho instrumento, un animal de bellota en toda
regla.
Con
“The Egoism” llega el prometido descanso, tema más machacón, bajamos las
revoluciones y los imposibles blast beats son substituidos por una demoledora
base de doble bombo sobre la que trabajan el resto de instrumentos. La frenada
de velocidad viene perfecta para apreciar mejor las diversas voces de que
dispone la banda, donde a parte del frontman/guitarrista Tommaso Riccardi, el
resto también colaboran. En el minuto final el tema se embala de forma
vertiginosa y es que Francesco Paoli estaba a punto de sufrir una crisis de
ansiedad.
Vamos
con “The Betrayal” (de que me sonará a mi esto, jeje). Menuda entrada
sinfónica, puede que la mejor del disco, un poquito de “Dimmuborgismo”, el
resto como era de esperar, mucha mantequilla y un final magistral para dar paso
al tema más digerible del disco con diferencia. “The Forsaking” es una joyaza
de tomo y lomo, solo por disfrutar de la profundidad y sutileza de este corte
vale la pena haber aguantado la tremenda paliza que nos han dado los italianos
hasta ahora. Creo que tema majestuoso sería la palabra correcta para definir
esta maravilla.
“The
Opression” es el último ataque visceral del disco, pero después del descanso de
“The Forsaking” andas con las fuerzas renovadas, además a estas alturas el
corte ya no te va a venir de sorpresa, digamos que ya estás entrenado para
soportar lo que te echen. Ending con “Agony”, corte íntegramente de piano, un
masaje relajante para los pocos que han sobrevivido a su extrema propuesta.
¿Y
tú qué, has sobrevivido? Yo aquí estoy, aguantando como un campeón y me alegro
por ello, pues a más escuchas más disfruto con este trabajo. Un disco que de
inicio apabulla en exceso por la complejidad de su propuesta, pero que conforme
se va desgranando gana enteros con una facilidad pasmosa.
Y ahí van dos vídeos de competición, el potente "The Violation" y sobretodo el dramático e intenso "The Forsaking":
Temas:
1. Temptation
2. The Hypocrisy
3. The Imposition
4. The Deceit
5. The Violation
6. The Egoism
7. The Betrayal
8. The Forsaking
9. The Oppression
10. Agony
Formación:
Paolo Rossi: Bajo, voces limpias.
Francesco Paoli: Batería.
Cristiano Trionfera: Guitarra, arreglos orquestrales.
Tommaso Riccardi: Voz, guitarra.
Francesco Ferrini: Piano, orquesta.