Artista: James Labrie
Álbum: Static Impulse
Estilo: Progressive/Modern Metal
Nota: 7/10
¿Os habéis preguntado
alguna vez como sonaría la versión más moderna de Soilwork con una voz heavy?
Pues hoy os traigo la respuesta. Cuarto disco en solitario del cantante de
Dream Theater James Labrie, si bien comenzó su proyecto paralelo a Dream
Theater llamándolo Mullmuzzler, bajo el cual sacó dos discos, en 2005 pasan a llamarse directamente James Labrie. El
canadiense ya quería llamar a su formación con su propio nombre desde buen
inicio, pero la discográfica le aconsejó que no, y al cambiar de discográfica
pues automáticamente cambio de nombre.
Y no le sentó
precisamente bien el cambio de nombre a Labrie, pues su “Elements of
Persuasion” de 2005 es un paso atrás importante en su carrera. La historia es
que después de ofrecer un heavy progresivo, bastante similar a sus Dream
Theater, en los dos primeros discos, en el tercero intenta un cambio de estilo
adentrándose en las comerciales sendas del Metalcore mezclado con algo de
Progresivo. El invento salió rana, y el disco es bastante flojo, no es fácil
cambiar de estilo de la noche a la mañana por mucha calidad y experiencia que
tengas. Pero Labrie, lejos de tirar la toalla, aprovechó el batacazo para
reflexionar, aprender, cargar pilas y atacar de nuevo en 2010, con un disco que
esta vez sí estaba a la altura.
Más listo que el
hambre decide hacer un par de cambios en la formación que le sientan de
maravilla. Por un lado substituye a Mike Mangini (que curiosamente acabaría
siendo el batería de Dream Theater años después) por la bestia parda Peter
Wildoer, sempiterno batería de los suecos Darkane y también un buen vocalista,
como ya demostró en Non-Human Level y demuestra en este "Static Impulse". Y
también le da el pasaporte al bajista Bryan Beller, que lo había acompañado en
sus tres primeros discos, y ficha a Ray Riendeau conocido por su trabajo con
Halford. Dos fichajes nuevos que son como un soplo de aire fresco para Labrie,
aportando ganas y experiencia, consiguen que esta vez sí, la cosa funcione.
El plástico no tiene
desperdicio, una interesante mezcla entre Modern Metal y Death Sueco, dominada
por la voz de Labrie y combinada en ocasiones con la voz gutural de Wildoer. Un
cóctel explosivo, atrevido, fresco, dinámico y con mucho gancho. Inmiscuyéndose
incluso en muchos momentos en dinámicas más Metalcore, pero sin llegar a abusar
de ellas. Podrá gustar más o menos, pero en su primera escucha la sorpresa es
mayúscula.
El primer tema “One
More Time” entra directísimo, ataque potente con Wildoer berreando como un
poseso y uno se pregunta ¿dónde está Labrie? ¿Me habré equivocado de disco?
Poco tarda en aparecer el canadiense haciéndose cargo del estribillo melódico
del tema, que pone el contrapunto perfecto a la voz gutural de Wildoer y pasa a
asumir el protagonismo. Gran inicio, un tema buenísimo de mucha pegada y con un
solo de gran calidad (detalle que se irá repitiendo por suerte a lo largo del
plástico).
Después de esta
primera grata sorpresa seguimos por el mismo camino con el temazo “Jekyll or
Hide”, tufillo total a Soilwork hasta el punto que el tema parece compuesto por
el mismísimo Peter Wichers, no en vano el parecido entre esta banda y Darkane
es más que notable, y seguro que Wildoer no se ha limitado solamente a tocar la
batería y a cantar, sino que debe haber influido directamente en la composición
de los temas. El juego entre voces limpias y guturales funciona aquí aun mejor
que en anterior corte, más fluido, cantando incluso algunos pasajes a la par.
Bajamos un peldaño la
velocidad y adquieren mayor importancia los teclados, que marcan la melodía a
seguir en esta “Mislead”. Corte muy dinámico, con unos arranques marchosos que
te hacer cabecear a la fuerza. Después del tercer solo antológico del disco, un
aumento de revoluciones que sirve para cerrar el corte de forma magistral. Si
bien de momento me he centrado bastante en el apartado vocal y compositivo, qué
decir del trabajo de Wildoer en la batería, simplemente sensacional, de los
baterías más creativos de la escena.
Suavizamos el
ambiente con “Euphoric”, una semi balada preciosa, el tipo de cortes donde
Labrie se mueve como pez en el agua. Y es que al César lo que es del César, a
lo largo de su carrera Labrie ha conseguido ganar fans y detractores a partes
iguales, ya que su tono de voz (sobre todo cuando sube en exceso los agudos) no
es del agrado de todo el mundo. Pero en los temas más azucarados como este, siempre
que limita esas subidas, Labrie lo borda.
Lo bueno no puede
durar para siempre, y después de cuatro temas de gran nivel, el disco pierde
algo de fuelle. El elemento sorpresa se desvanece en los temas siguientes, que
aun siendo de gran calidad, acaban sonando excesivamente similares entre sí. La
repetición de la fórmula acaba cansando y las melodías de los estribillos son
demasiado parejas. De los cortes siguientes podríamos destacar por encima de la
media la pegadiza “I Tried”, un corte de facilísima entrada donde los adictivos
teclados te absorben ipso facto. Precisamente dichos teclados y los diversos
cambios de voz de Labrie son la mejor baza del tema.
Cerramos con “Coming
Home”, ahora sí baladita de lagrimita fácil. Y aquí amigo, no hay quien le tosa
a Labrie, tan sencilla como agradable, rozando lo ñoño, pero te acabas
rindiendo a su sutileza y elegancia, y es que en el fondo hasta el más duro de
los metalheads tiene su corazoncito.
Y hasta aquí el
cuarto disco en solitario de James Labrie, un experimento relativamente
arriesgado que acaba cuajando y nos hace pasar un buen rato. Y que le sirve
tanto a Labrie como a nosotros para salir de la monotonía habitual.
Dos temitas para haceros una idea:
Temas:
1. | One More Time | |||||
2. | Jekyll or Hyde | |||||
3. | Mislead | |||||
4. | Euphoric | |||||
5. | Over the Edge | |||||
6. | I Need You | |||||
7. | Who You Think I Am | |||||
8. | I Tried | |||||
9. | Just Watch Me | |||||
10. | This Is War | |||||
11. | Superstar | |||||
12. | Coming Home |
Formación:
James Labrie: Voz
Peter Wildoer: Batería, voces guturales
Ray Riendeau: Bajo
Marco Sfogli: Guitarra
Matt Guillory: Teclados
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