Artista: Soilwork
Álbum: The Living Infinite
Estilo: Melodic Death Metal
Nota: 9,5/10
Soilwork irrumpió en
la escena metalera a finales de los noventa, en plena ebullición del movimiento
llamado “Death Sueco Melódico” o “Sonido Goteborg”, In Flames lo petaba con el
mega adictivo “Colony”, Dark Tranquillity estaban súper consolidados después
del tremendísimo “The Gallery” y el contundente “The Mind’s I”, y Arch Enemy asombraba al mundo con el
majestuoso “Burning Bridges”. La mayoría de formaciones se apuntaron fácil a la
corriente ganadora, siendo meros plagios de los mencionados percusores. Pero
Soilwork ya daba muestras desde sus inicios de que su propuesta iba un paso más
allá, y una vez “imitados” a los maestros en sus dos primeros discos, pasaron a
crear su propia historia con el innovador “A Predator’s Portait”, piedra
angular en su discografía y que posiblemente jamás ha recibido el
reconocimiento que merece. Su capacidad para evolucionar e innovar, sin miedo
al qué dirán, los ha llevado a ser una de las bandas más importantes e
influyentes dentro del panorama del Death Melódico actual, siendo incluso
considerados por algunos los padres del Modern Metal.
Su proceso evolutivo
siguió unos pasos similares al de otras bandas que, en diferentes disciplinas,
también están en primera línea a día de hoy, como por ejemplo Kreator en el
Thrash o Paradise Lost en el Gothic Metal. Dicho modus operandi consiste en una
primera etapa más cañera y visceral, seguida de un impás donde bajan el pistón
y se centran más en las melodías, hasta llegar incluso a “tocar fondo” si se me
permite la expresión. Después de esto toca la remontada, con trabajos que
conjugan a la perfección la tralla de antaño con los matices melódicos
adquiridos en su etapa intermedia. Y eso es precisamente a día de hoy Soilwork,
una banda que puede volarte los sesos con un riff asesino y a la vez desarmarte
con una suave melodía.
Con estos
antecedentes y después del tremendo “The Panic Broadcast” de 2010, estaba yo
esperando este “The Living Infinite” con gran expectación y también con un par
de dudas que paso a comentaros a continuación. La primera era ver cómo se las
apañaban los de Helsinborg después de la salida de uno de los principales
cerebros compositivos de la banda, el genial guitarrista Peter Wichers, que
después de su flamante retorno en 2008 volvió a abandonar la banda en 2012. Y
la segunda va directamente relacionada, en una época donde cada vez más se vive
del single, y del éxito fugaz y olvidadizo, Soilwork se desmarca con un disco
doble que contiene un total de veinte temas, ahí es nada. Así que ya me temía
lo peor, siete u ocho temas de nivel intercalados con bastante paja. ¿Cuál ha
sido la realidad? Sigue leyendo y lo sabrás.
Unas sencillas notas
de piano son la antesala del primer cañonazo del disco, “Spectrum of Eternity”
entra mordiente, viperina, cargada de mala ostia pero adornada con unas efectivas
melodías vocales. Es un auténtico placer disfrutar de esos blast beast a todo
trapo y esos mordientes riffs de los estribillos con una voz melódica
sobrevolándolos, una técnica al alcance de pocos y que se repetirá en algún
corte más a lo largo del disco. El tema es completísimo, el semi brakdown
melódico es breve pero gustoso, al igual que el posterior solo. “Memories
Confined” es de los cortes más lentos y pesados del disco, con unos teclados
envolventes que nos recuerdan a los utilizados últimamente por Opeth, y
combinados con las melodías vocales de “Speed” Strid le dan al tema un aire un
tanto nostálgico muy especial. “This Momentary Bliss” es un temazo cien por
cien Soilwork, un arranque muy dinámico donde teclados y guitarras se enfrentan
en una adictiva escala, ritmos entrecortados y el posterior estribillo melódico
de los que perduran durante semanas. Strid está espectacular mostrando una
variedad de registros vocales que marea, de verdad que la progresión de este
crack desde sus inicios a día de hoy es de elogiar, y más teniendo en cuenta
que comenzó a cantar muy tarde (dieciocho años) y solo con registros guturales.
Pero a base de esfuerzo y dedicación ha conseguido convertirse en uno de los
mejores cantantes del género de la escena actual.
Punto y aparte
después de la primera triada, ¿te ha gustado? Pues vamos bien colega, lo que te
vas a encontrar en los diecisiete cortes restantes es una productiva mezcla
entre los tres temas analizados, cortes a todo trapo, medios tiempos y algún
tema algo más ralentizado, aunque incluso el tema más “suave” del disco
acostumbra a tener su momento más acelerado. Si por mi fuera os haría un
análisis tema a tema del resto del disco, porque de verdad que todos los cortes
son de tanto nivel que da para ello, pero como no se trata de aburrir al
personal con una reseña kilométrica, me voy a conformar con analizar brevemente
los que considero más interesantes si cabe.
No me ando por las
ramas y voy al mejor corte del disco, “Tongue” es el temazo por excelencia, con
una estructura similar a “Spectrum of Eternity” combina caña burra con melodía
de una forma magistral. El estribillo es totalmente rompedor, te desmonta de
inicio debido a su exagerada melodía pero te acaba taladrando a base de bien. Y
qué decir del interludio instrumental del minuto 2:45 y el posterior solo
asesino, los suecos jugando a ser Dream Theater por unos instantes,
absolutamente magistral.
“The Living Infinite
I” es el corte con orientación más Modern Metal del disco, carne de MTV, hay
que seguir alimentando a los fans conseguidos en su etapa más moderna, un tema
sin excesivas complicaciones de los que siempre entran bien. “Let the First
Wave Rise” y “Long Live the Misanthrope” (esta última con un tremendo solazo),
son temas que pegan fuerte, y dan pie a otro comentario, y es el excelente
trabajo de los dos hachas, que sin cebarse en exceso van sacándose de la
chistera un montón de adictivos riffs y breves pero melodiosos solos, que junto
a la gran labor de Sven Karlsson en los teclados, hacen que los temas pasen
como el que no quiere la cosa.
En una línea de caña
parda similar tenemos la fantástica “Leech”, tema veloz y potente con un
estribillo melódico muy etéreo que actúa como perfecto contrapunto. “Realm of
the Wasted” es otro temazo made in Soilwork, esos ritmos entrecortados, esa
batería tan dinámica, y los constantes cambios de voces lo convierten en un
tema muy apetecible. Y ya que menciono la batería turno de elogios para Dirk
Verbeuren, un súper clase que ha trabajado entre otros para Aborted, Devin
Townsend y Warrel Dane. Y que se vacía totalmente en este “The Living
Infinite”, firmando sin duda su mejor trabajo en Soilwork hasta la fecha, con
una variedad de ritmos y una creatividad que asustan, en los veinte cortes del
disco su batería no cae jamás en la repetición o la mediocridad, y eso no está
al alcance de todos.
“Whispers and Lights”
y “Owls Predict, Oracles Stand Guard” se perfilan como dos cortes donde reina
la melodía y destacan sobremanera (aun más si es que se puede) los registro
vocales de Strid, curiosamente ambas sirven para cerrar el disco uno y dos
respectivamente. Aunque el tema más “azucarado” del disco, (y no por ello malo)
sea posiblemente “Antidotes in Passing”, una semi balada donde Strid sube al
máximo, habrá que ver si es capaz de plasmarlo en directo.
Como habréis podido
observar las dos dudas del inicio han quedado satisfactoriamente disipadas en
sentido positivo. “The Living Infinite” es un discazo de cabo a rabo, sin
ningún tema de relleno, un ejercicio de madurez compositiva donde los suecos
demuestran que pueden salir adelante sin la presencia de Peter Wichers. Todos
los temas están muy bien trabajados y estructurados, cada uno posee su propio
feeling y elementos diferenciadores que los hacen únicos, incluso el disco en
si mantiene un ritmo muy equilibrado que hace que su hora y media de duración
pase en un santiamén.
Los que ya conocéis a
Soilwork vais a quedar altamente satisfechos con este disco, para el resto os
pido una oportunidad, no cometáis el garrafal error de encasillar a los suecos
en los clichés de Metalcore para adolescentes con muñequeras negras y piercings
en la nariz. Soilwork son mucho más, un solo tema de ellos contiene la misma complejidad
que la mayoría de discos enteros del mencionado estilo. Un voraz simbionte que
conjuga a la perfección la esencia del “Sonido Goteborg” de finales de los
noventa con las tendencias más actuales. Originales, creativos, talentosos, y
lo mejor, todavía muy jóvenes, así que por suerte tenemos Soilwork para rato.
Y aquí os dejo con un par de vídeos, el primero "Rise Above the Sentiment" es un vídeo cutre pero que sirve para ver que estos tíos son de lo más sencillos, y el segundo es el tema estrella del disco "Tongue".
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