Artista: Suffocation
Álbum: Pinnacle of Bedlam
Género: Brutal Technical Death Metal
Nota: 8,7/10
Cuando
Suffocation se incorporaron a la movida “deathmetalera” a principios de los
noventa, se encontraron con casi todo el pescado vendido. Tampa se convirtió en
la cuna de un montón de bandas de enorme talento y creatividad, que poco
tardaron en marcar su territorio. Sobre los abruptos terrenos de Florida
levantaron sus fortalezas infernales construidas a base de demoledores riffs,
aplastantes baterías y berridos infrahumanos. Por momentos parecía que el
mismísimo Satán hubiese elegido estas calurosas tierras, para engendrar en
ellas al más duro y aterrador ejército de guerreros del Death Metal.
Cada
formación supo encontrar su parcela y ganarse su particular séquito de
seguidores. Como jefes del cotarro teníamos a Morbid Angel, el implacable
tridente Azagthoth-Vincent-Sandoval vigilaba día y noche que ninguno de sus
compañeros de armas, siempre al acecho, se les subieran a las barbas. Deicide
se erigían como los “malos malotes” por antonomasia, Obituary se ocupaban de la
vertiente más machacona y John Tardy sorprendía al mundo con su voz rota, aún
inimitable a día de hoy. Cannibal Corpse (estos de Nueva York) se convirtieron
en los que más camisetas vendían, con una décima parte del talento y
originalidad de sus coetáneos, consiguieron hacerse con un público fiel. Si en
ocasiones nos gusta hablar de bandas infravaloradas en la historia del Metal,
con Cannibal sería todo lo contrario, pues posiblemente hayan sido una de las
formaciones más sobrevaloradas que jamás haya tenido la escena. Por último toca
hablar de Death, pero considero que “Devil Chuck” siempre estuvo un escalón por
encima del resto, un genio de los pies a la cabeza cuyo legado no se puede
comparar con el de ninguna de las anteriores bandas.
Visto
este panorama pintaban bastos para Suffocation, solo quedaban dos opciones; o
ser el mejor, o llenar el único hueco que faltaba por cubrir. Y eso es lo que
hicieron precisamente los de Nueva York, que decidieron darle un plus de
complejidad y dificultad a la propuesta del resto de formaciones, y se convirtieron
por derecho propio en los padres del Brutal Technical Death Metal. Suffocation
ya fue original desde sus inicios, en sus filas contaban con dos componentes de
raza negra, algo no demasiado frecuente, pues en ocasiones parece que el Metal
sea una disciplina “exclusiva” de la raza blanca. Y no queda ahí la cosa, os
suena la palabra “slamming”, pues para los menos expertos os explico que son
esos momentos en que el tema se vuelve tan denso, tan rocoso, que incluso
parece que la canción se vaya a parar, unos poderosos “atascos” musicales que
también fueron “inventados” por Suffocation.
Suffocation
se plantó en escena con una propuesta muy personal, original y enrevesada.
Jamás un tema de Suffocation fue “sencillo”, Terrance Hobbs y Doug Cerrito no se
conformaban con un buen riff para elaborar un tema, si no que cada canción de
Suffocation contenía una cantidad de buenos ritmos que asustaba, mientras otros
se agarrarían como garrapatas a ese “inspirado riff” y lo exprimirían al
máximo, para los dos hachas no dejaba de ser uno más dentro de su inacabable
arsenal “riffero”. Sumamos a ello la siempre dinámica y original base rítmica
de Mike Smith a la batería, y la demoníaca voz de Frank Mullen, que consiguió
llevar el growl a unos terrenos de densidad y oscuridad insospechados hasta la
fecha, y ya tenemos a Suffocation en esencia pura.
A
mediados de los noventa Suffocation decide darse un descanso, y no sería hasta
el año 2004 cuando reaparecen con el tremendo “Souls to Deny”, un discazo de
cabo a rabo que dejaba claro que el tiempo no había hecho mella en el buen
hacer de la banda. Desde entonces han ido sacando discos con regularidad,
siempre manteniendo un nivel altísimo, con mayor o menor inspiración según se
tercie, pero siempre fieles a su estilo. Podríamos decir que Suffocation son
una de esas bandas que jamás han sacado una obra magna, pero que se las han
apañado para que todos sus trabajos se sean como mínimo de notable alto. Una
banda que jamás defrauda, unos Primal Fear del Heavy, o unos Destruction del
Thrash, sempiternos segundones honestos consigo mismos, un amigo fiel de los
que no te fallan. Aun así, dentro de la rectitud habitual de Suffocation, en
este disco observamos algunos pequeños detalles evolutivos que han enriquecido
este “Pinnacle of Bedlam”, y lo han convertido en su mejor trabajo desde el
mencionado “Souls to Deny”.
Comenzamos
con la extraordinaria producción, nítida, detallista y equilibrada, que ha
corrido a cargo del inseparable Joe Cincotta, que desde el retorno de la banda en
2004 ha
ido ejerciendo las funciones de productor, ingeniero de sonido y mezclas según
ha convenido. Pero sin duda esta vez se ha superado, y ha conseguido que Suffocation suenen más
limpios que nunca sin perder su rudeza característica. Una asignatura pendiente
en sus primeros discos, pues su sofisticada propuesta chocó de frente con unas
producciones que no siempre estuvieron a la altura. Supongo que conscientes de
ello, en este disco deciden rescatar su clásico “Beginning of Sorrow” del
tremendo “Breeding the Spawn”, y la verdad es que suena espectacular.
Otro
aspecto a destacar es la fantástica labor de Dave Culross (ex Malevolent
Creation), batería que ya estuvo en Suffocation en el EP “Despise the Sun” de
1998, y que tenía la difícil misión de substituir al gran Mike Smith, toda una
institución en el metal extremo, un batería con unos fundamentos técnicos
tremendos que gracias a la originalidad de sus bases rítmicas, ha sido fuente
de inspiración para las generaciones venideras, demostrando al mundo que se
puede hacer Brutal Death Metal de implacable pegada, sin la necesidad de
infinitos blast beast a 250 bpm. Pues bien, Culross ha estado a la altura y de
qué manera, con un trabajo impecable,
detallista, con una batería llena de
dinamismo que ha conseguido resaltar aun más la laboriosa tarea de Terrance
Hobbs con su orgía de riffs y escalas imposibles. Seguimos con Terrance, ya que
otro de los puntos fuertes del disco recae en la gran cantidad de solos, sin
llegar a abusar, que se desarrollan a lo largo del disco, dando mayor
importancia a este apartado que en
anteriores entregas, y aquí vuelve a aparecer la mención especial a la
producción, pues los solos brillan y tienen un papel protagonista, lejos de
quedar escondidos por el resto de instrumentos.
“Pinnacle
of Bedlam” es un disco que atruena desde el minuto cero, ya el primer corte
entra directo a la vena, de forma nada habitual, sin intro ni calentamiento
previo. “Cycles of Suffering” es un castañazo made in Suffocation donde ya
aparecen todos sus elementos característicos y las nuevas aportaciones
anteriormente mencionadas, como el tremendo solo pasado el primer minuto del
corte. El resto de temas nos ofrecen un poco de todo, “Purgatorial Punishment”
se presenta como uno de los temas más complejos a nivel técnico del disco (más
aun si cabe que el resto) y eso que paradójicamente es el corte más breve del
disco. La cantidad de cambios de ritmo que ofrece en menos de tres minutos de
duración es abrumadora. “Eminent Wrath” y la siguiente “As Grace Descends” son
dos trallazos arrolladores, donde aparecen puntualmente algunos elementos más
Hardcore que nos recuerdan por momentos a Napalm Death, otra novedad más a
añadir a la saca.
Hacemos
punto y aparte para “Sullen Days”, tema atípico que comienza con guitarras
acústicas y que va ganando fiereza según avanzan los segundos. Merendarse un
disco de Suffocation del tirón nunca es tarea fácil ni para los más expertos en
la materia, y este corte actúa como un equilibrado contrapunto que nos otorga
unos segundos de descanso cruciales para ordenar nuestro cerebro después de
tanta densidad sonora. El resto de temas se mueven en los mismos guarismos de
alta calidad acostumbrados, momentos de violencia extrema perfectamente
ensamblados con interludios más machacones, infinitos cambios de ritmo,
punzantes solos y el insaciable Frank
Mullen berreando como un poseso como si le fuera la vida en cada tema.
A
estas alturas de la película, cada vez que Suffocation saca nuevo disco
acostumbra a ser un puñetazo sobre la mesa para demostrar quién manda, y en
esta ocasión han estado a punto de partirla. La salida de la banda de dos de
sus miembros fundadores (Doug Cerrito en 1998 y Mike Smith en 2009) no ha
conseguido hacer mella en los verdaderos padres y reyes del Brutal Technical
Death Metal, que están de vuelta, y esta
vez han venido muy pero que muy inspirados, ahora depende de ti ¿los vas a
dejar escapar?
Un par de vídeos a ver que tal, el primero es del tema "As Grace Descends", un vídeo bastante lamentable para una banda de sus características, pero es que Slipknot ha hecho mucho daño. Y el otro pertenece a "Sullen Days" el mencionado tema que aporta una calma relativa en la tormenta sonora de Suffocation.
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