Artista: Sylosis
Álbum: Monolith
Estilo: Thrash/Melodic Death Metal
Nota: 8,5
Sylosis, enésimo
ejemplo de banda que rinde culto a los clásicos pero con sonido actual. No en
vano cuando la banda hizo sus primeros pasos a principio de siglo, la idea
principal de su líder Josh Middleton era la de crear una banda practicante de
metal clásico, pero con el paso del tiempo la cosa se fue animando hasta crear
este simbionte que escupe viperino Thrash mezclado con Death Melódico, y que va
avanzando con paso firme a cada nuevo disco que sacan. Randy Blythe
(cantante de Lamb of God), los definió en su momento como un híbrido entre el
“…and Justice for All” y el "Symbolic". Obviamente se le fue un poco la mano en
la comparativa, pues ambas joyas de la historia del metal son excesivamente
enormes como para compararlas a nada que pueda crear cualquier otro ser humano,
pero parte de razón no le faltaba. Quizás el parecido con los Death del genio
Schuldiner se reduce a momentos puntuales, y sobre todo se aprecian en los
solos y en algún que otro riff, pero la verdad es que con los de Hetfield sí
que vamos a encontrar varias similitudes. Y no tan solo en lo musical cual cosa
ya se presupone, si no de una forma espectacular en la producción.
“…and Justice for
All” posiblemente sea uno de los discos en la historia del metal que más ha
dado que hablar por su peculiar producción, un intento de evolución de
Metallica que no acabó de cuajar, todo sonaba muy nítido pero a la vez
excesivamente artificial, el bajo quedó totalmente escondido por unas guitarras
que sonaban angustiosamente secas y el sonido de la batería era demasiado
sintético, casi artificial. Aun así el álbum es un pepinazo en toda regla, lo
que aun le da mayor valor a mi parecer, pero de lo que hablamos es de cómo
Sylosis han sabido coger esa esencia del sonido que un día quiso crear
Metallica y trasladarlo a pleno siglo veintiuno. El resultado es tremendo,
aplastante, nítido y demoledor al mismo tiempo y con una sensación de velocidad
vertiginosa. Vamos, Sylosis suenan como realmente hubiesen querido sonar
Metallica cuando lanzaron su última obra magna.
¿Al igual creéis que
estoy exagerando no? Pues coged el cd y dadle play al primer corte “Out From
Below” y se os van a disipar todo tipo de dudas. El corte arranca con unos
sutiles arpegios a lo “Fade to Black”, y una vez preparado el cuerpo pues riff
asesino a lo “Blackened” y a sudarla, que estos tíos pegan muy fuerte. La voz,
con cierto parecido a los primeros Trivium va de primera con esta mezcolanza de
Thrash/Death, agresiva pero con deje melódico. Si seguís el tema con atención,
después del solazo del minuto cinco, encontraréis un bajón melódico muy
ampuloso que te llega hasta el alma, y que es marca registrada de la casa.
Digamos que prácticamente en cada uno de los cortes se produce un impás de este
tipo, lo cual a la larga acaba convirtiendo una virtud en un relativo error,
pues todos los temas pecan de una estructura excesivamente similar y
previsible. Sumándole también la excesiva duración del disco, aquí tienes los
dos pequeños reproches que se les puede hacer a estos tíos, porque el resto es
de traca.
Mucha manteca, temas
con gancho y solos antológicos, todo a cargo del maestro de ceremonias, el
líder cantante guitarrista Josh Middleton. Otro máquina del siglo veintiuno, de
los que se encargan de hacer las escalas imposibles mientras cantan, menuda
hornada de jóvenes talentos que hay hoy en día. Me gustaría destacar también la
labor del batería Rob Callard y no como de costumbre para decir que es un
“velociraptor” de dobles bombos imposibles, si no porque dentro de una escena
actual donde las baterías pecan en multitud de ocasiones de sobre producidas y
de utilizar excesivas artimañas, Callard se desmarca de la mayoría y nos ofrece
una batería muy natural, de calidad pero creíble, que cumple su función a la
perfección pero no empalaga, digamos que dejando algo más de protagonismo a las
guitarras, vamos algo bastante acorde con la tradición Thrash.
El disco pasa con
facilidad pese a la larga duración mencionada, temas asesinos como “The River”,
“A Dying Vine”, o la mencionada “Out From Below” por citar algunas, se iran
intercalando con otros cortes de perfil algo más pausado como “What Dwells
Within” (temazo), o “All Is Not Well” (esta sí bastante machacona). El aroma a
Schuldienr que os mencionaba cuesta bastante más de encontrar, algunos riffs y
solos puntuales como la genial escala de “Fear the World” o los punteos y el
tremendo shred de “Born Anew”, digamos que domina el Thrash y los retazos a
Death sirven para acabar de completar y darle ese toque personal.
Poco más, enésima
banda de la nueva generación con mucho que decir, por mucho que les pese a Jeff
Walker, Mikael Akerfeldt y demás endiosados músicos de antaño que creen que
jamás se fabricará nada mejor a lo de su época, o mejor dicho, nada mejor a lo
que hicieron ellos, anda y que dejen de mirarse el ombligo e investiguen un
poquito más por ahí. Yo por mi parte voy a seguir trayendo todas las novedades
posibles en mi ardua cruzada, pues creo que lo que necesita la escena metalera,
si no nos quedemos quedar sin metal, es
apoyo y no palos en las ruedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario