sábado, 6 de abril de 2013

CRITICA: PERSEFONE, Spiritual Migration (2013)


Artista: Persefone
Álbum: Spiritual Migration
Estilo: Progressive Metal/ Technical   
Metal/ Death Metal
Nota: 10/10



Los andorranos Persefone son un claro ejemplo de lucha, dedicación y determinación, hablamos de intentar triunfar con una propuesta de Metal Progresivo en un país de “tanta” tradición metálica como Andorra, ahí es nada. Esto no es Canadá, Estados Unidos o el norte de Europa, aquí deportistas, políticos y famosos suben a esconder sus sacas de dinero para evadir impuestos. Y los ciudadanos de a pie subimos a comprar los paquetes de azúcar de diez kilos, chocolate, tabaco y alcohol, y justo antes de partir llenamos el depósito del coche a tope, pero ¿Metal?

Pero bueno, los chicos de Persefone no son originarios totalmente de Andorra, si no que tienen doble nacionalidad y también pertenecen a otro maravilloso país, bueno a otra galaxia paralela diría yo llamada “Progressiveland”. Un lugar mágico, habitado por unos pocos escogidos visionarios inconformistas decididos a llevar la música a unos extremos de complejidad y sutileza inalcanzables para la mayoría de los “mediocres” mortales. Rush, Death, Opeth, Dream Theater, Pagan’s Mind, Devin Townsend o The Faceless, son algunos de los habitantes de ese fructífero microcosmos del cual Persefone han pasado a formar parte por méritos propios.

Después de sorprender a propios y extraños con su anterior “Shin-Ken”, Persefone vuelven a la carga con otro discazo de exquisito Metal Progresivo con algunas influencias de Modern Metal (del bueno), véase bandas como Soilwork o Scar Symmetry, que se hacen evidentes sobretodo en los juegos entre voces limpias y guturales, y alguna que otra reminiscencia a sus compañeros de generación The Faceless, estos últimos en una onda más orientada hacia el Technical Death Metal Progresivo. Pero no adelantemos acontecimientos, vamos sin prisas que el disco de hoy bien lo merece.

“Spiritual Migration” es un claro intento de llegar a lo más profundo del alma a través de la música, un ejercicio musical de setenta minutos de duración que invita a la reflexión y a la meditación en algunos cortes…pero también a partirse las cervicales en otros. Aun así la vertiente que domina es la primera, clara muestra de ello es que de los trece temas seis son instrumentales. Dichos cortes van apareciendo de forma intercalada a lo largo del disco para ayudar a mantener una atmósfera mística donde la belleza musical fluye con total naturalidad.

A destacar sin duda por encima de las demás las dos partes de “Consciousness” (Sitting in Silence) y (A Path to Enlightenment), una auténtica exhibición de técnica impoluta ejecutada con brillante maestría y tremenda sensibilidad. El aroma a Dream Theater es más que evidente, pero es que la maquinaria progresiva, lejos de estancarse, sigue su evolución natural, y si Dream Theater se erigieron como la versión más Heavy de los maestros canadienses Rush, ahora le toca a Persefone dar el siguiente paso evolutivo pasando a ser la versión Death de los de Nueva York.

No menos impresionantes son Zazen Meditation” y “Metta Meditation”, ambas de una hermosura que sonroja, dejando un poco de lado el virtuosismo instrumental y centrándose en algo tan difícil como es transmitir emociones a través de la música. Pocas bandas encuentra uno en la escena actual que sean capaces de llegar tan profundo, y es que los metalheads, por mucha dureza que queramos aparentar, también tenemos nuestro corazoncito y Persefone tiene el distinguido arte de llegar hasta a él, y no para herirlo si no para acariciarlo y hacerlo vibrar.

Vamos ahora a por la parte más “dura” del disco, y en ella yo destacaría sobretodo tres cortes (aunque todos son fantásticos), serían “The Great Reality”, “The Majestic of Gaia” y “Spiritual Migration”. La primera muestra la versión más burra de los andorranos, con mucha intensidad en las bases rítmica y con Marc Martins berreando como si le fuera la vida en ello, a partir del minuto 3:35 a uno se le caen los pantalones al suelo, menuda gozada, ojito a Marc Mas en la batería, el bajón de revoluciones, las guitarras melódicas y el posterior subidón donde teclados y guitarras comparten el protagonismo. Evidentemente si nos ponemos a hablar del nivel instrumental de la banda uno solo puede quitarse el sombrero, no hay más. Y por si no has quedado convencido dale un tiento a “The Majestic of Gaia”, otra pasada de tema de casi nueve minutos de duración, minuto 3:27 ataque neoclásico y lo que sigue, pajarillos silbando, la voz melódica del teclista Miguel Espinosa, pelos como escarpias, ahí os lo dejo, supongo que si aun tenías alguna duda se te ha disipado de un plumazo.

“Spiritual Migration” anda por los mismos derroteros, un inicio sublime con esos sincopados abrazados por los sinfónicos teclados de Espinosa, seguimos adelante y pronto aparecen las voces limpias del mismo Espinosa que en este tema está sembrado, llegando a su máxima  esplendor en el estribillo. Puede que a nivel vocal este sea el corte más trabajado (más aun si cabe) del disco, la contraposición entre guturales y limpias llega a una simbiosis y equilibrio total. Y si todavía no has logrado levitar no sufras, los etéreos teclados que aparecen a partir del minuto 4:00 lo van a conseguir, menuda maravilla.

Y aquí acaba la historia, con la relajante “Outro” que nos brinda las condiciones adecuadas para reflexionar sobre lo que ha sido este espectáculo sonoro de setenta minutos de duración. ¿Te ha gustado? Con que te haya cundido la mitad que a mí ya tienes suficiente. Nueva joyita para enmarcar, pieza imprescindible para todo el que disfrute del Death Metal Progresivo de impecable factura y embelesadora sensibilidad. Un disco llamado a marcar a toda una generación dentro del género, y la confirmación definitiva de Persefone entre los grandes.

"Spiritual Migration" para calentar chavales, y después las dos maravillas "Consciouness parte I y II":







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