lunes, 30 de enero de 2012

ANDY JAMES, Andy James (2011)

      ¡Obra maestra!, sin más, que ganas tenía de comentar un disco de estas características donde todo lo que tienes que decir es bueno, ni una sola pega. Y el por que este disco es perfecto (para mí, obviamente) lo explico a continuación.
     Este joven guitarrista inglés comenzó con los discos instrumentales en 2005 con el aceptable Machine, una buena carta de presentación pero pobre en varios aspectos, ya en 2007 volvió a la carga con In the wake of chaos, donde dio un gran salto de calidad con una gran mejora en la producción y en la homogeneidad de los temas, y fue el preludio del súper cd que nos ocupa, con nombre homónimo Andy James, una pieza de coleccionista para todo el que se precie, donde la producción es excelsa y donde no hay ni un solo segundo de bajón ni de relleno, un disco perfecto.

      Las claves para que este disco entre tan bien son varias:

1º: La cuidada meticulosidad con la que están hechos todos y cada uno de los riffs y bases rítmicas. El gran fallo de muchos de estos súper guitarristas es que se concentran en exceso en los solos imposibles, y dejan un poco de lado la siempre importante base rítmica. Algunos de los temas podrían pasar a ser “cantables” tan solo con unos cuantos arreglos.
2º: Lo bueno si breve dos veces bueno, lejos de querer componer canciones ampulosas, alargadas hasta la saciedad y llenas de mil arreglos, sus temas son directos y concisos.
3º: Producción muy equilibrada, aunque obviamente el instrumento protagonista es la guitarra el resto de instrumentos suenan y suman a la altura, no quedan escondidos ni rezagados, un gran acierto para darle uniformidad a los temas. Algunos de los temas podrían pasar a ser “cantables” tan solo con unos cuantos arreglos.
4º: Solos audibles, eléctricos, melódicos y memorizables. Yo soy de los que crecí, musicalmente hablando, escuchando las maravillas de Marty Friedman en Megadeth y de Kirk Hammett en Metallica, más tarde a John Petrucci en Dream Theater, Chuck Schuldiner en Death (R.I.P.), Jeff Loomis en Nevermore o Michael Amott en Carcass y luego en Arch Enemy, y los grandes guitarristas que me dejo... Todos ellos son auténticos cracks y seguro que saben hacer cosas aun más increíbles, técnicamente hablando, de las que han plasmado en sus trabajos, pero de que sirven unos solos a toda pastilla y con muchísima técnica y dificultad si no tienen ese gancho, esa melodía, ese sentimiento que penetra hasta el fondo del alma y del cerebro… pues de nada, y por eso Andy James es un “number one”, cada solo, por vertiginoso que sea, por técnico que sea, consigue entrar silbando en tu cerebro cual flecha envenenada de puro metal y no te lo puedes quitar de la cabeza. 
5º: En muchos momentos de este disco, conforme el solo va acelerando y aproximándose a la “imposibilidad” para la mayoría de mortales, la base rítmica también acelera y se endurece y consigue darle aún más intensidad y vertiginosidad al solo.

    Bueno y poco más que decir, el tío es un crack, la producción es excelsa, los temas son increíbles, melódicos y potentes a la vez, solos llenos de virtuosismo en su justa medida, intensos, pegadizos, agradables… se me acaban los adjetivos para este discazo bueno, bueno, buenísimo.
     En esta ocasión no comento tema a tema, porque  entiendo el disco como un todo homogéneo, cualquier tema es recomendable, algunos más agresivos, otros más dinámicos, otros algo más pausados pero acaban embalándose irremediablemente, todos con vida propia, todos fantásticos. Por eso no vacilo en calificar el disco como Obra Maestra que todo el que se precie debería tener para escucharla y disfrutarla. 

       Nota, sin duda un: 10/10

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