lunes, 2 de abril de 2012

OPETH, Heritage (2011)

        A priori no tenía pensado hacer un review de este disco, puesto que actualmente no dispongo de demasiado tiempo, y he decidido hacer una lista a modo de resumen con todo lo acontecido en 2011 e ir comentando posteriormente las novedades del 2012, pero a petición del mayor fan de Opeth que conozco ahí va esto.
        ¡Vaya mierda de disco que se ha cascado el Akerfeldt con sus nuevos compinches!!! Y sobretodo vaya falta de respeto para sus fans de toda la vida, pero vayamos por partes y vamos a argumentar estas declaraciones tan duras para tratarse de una de las más influyentes y mejores bandas de metal progresivo de esta primera década de nuevo siglo.
El nuevo disco de Opeth suena más o menos a rock progresivo semi blues de los 70, es un disco donde resalta sobremanera la ausencia de voces guturales, los temas son aburridos, sin aliciente, y en muchas ocasiones con pasajes demasiado inconexos, pasando así del progresivo a una serie de riffs y melodías que no se enganchan entre sí ni con Loctite.
Esto ya da de suponer que el disco es un truñazo gordo, pero donde yo veo el grave problema y la falta de respeto de la que hablaba anteriormente es en lo siguiente; no es justo para los seguidores de siempre de Opeth que pases de hacer Death metal progresivo con pasajes melódicos a lo realizado en este Heritage. Si a Akerfeldt se le ha girado el cerebro y tiene ganas de hacer algo diferente (él sabrá sus motivos), pues coges, te montas una banda paralela y sacas un disco, venderás lo mismo o incluso más y todos tan contentos, pero lo que no se puede hacer es mancillar la imagen de un grupo de culto pionero dentro del género.
Pero lo que realmente más me ha sorprendido es que leyendo por ahí algunos reviews resulta que todo el mundo está encantado con este disco, que lo encuentran una evolución normal, un disco fantástico, una obra maestra de progresivo, y lo que ya me mosquea de verdad es leer frases como “a mi nunca me han gustado las voces guturales y los ritmos potentes de Opeth, este disco me encanta”, a ver ¡subnormal! Si no te gustan las voces guturales ni las partes potentes ¡que cojones haces escuchando Opeth y que coño has entendido de su música! Si precisamente la gracia de este grupo está en la creación de tensiones dramáticas generadas por el contraste entre partes potentes y partes melódicas con sus respectivos cambios de voz incluidos, yo de verdad que alucino. Pero como crónica tras crónica iba leyendo más de lo mismo pues ya estaba empezando a pensar que era yo que era un cerrado de mente y que me había perdido algo por el camino, hasta que mi colega Edu, al que considero una persona que entiende algo de música (ya sabemos el término "entender" es muy relativo y que sobre gustos colores) y que Opeth es su grupo favorito, me envió un mail diciendo más o menos lo que yo os he opinado unas líneas más arriba.
Y por favor que se abstengan los ñoños con su rol de “es que la gente evoluciona, no puedes estar toda la vida tocando lo mismo, en la vida vas pasando por diferentes situaciones que te hacen cambiar los puntos de vista, e que no te pones la misma ropa que hace 15 años ni te gusta la misma comida…” Todo esto está muy bien y es pura cháchara, porque Metallica pasó a hacer el Load, Reload y Requeteload porque habían “evolucionado como músicos” y no por la pasta, jajaja que me parto, y como estos mil casos más; la vuelta de Dickinson a Maiden, o de Halford a Judas, el Youthanasia de Megadeth, etc. Akerfeldt lleva muchos años en la brecha, no solo con Opeth, si no también con grupos extremos como Katatonia o Bloodbath, y haciéndose muchas fotos con su camiseta de Morbid Angel, no creo yo que de un día para otro se le quiten las ganas de tocar música extrema y desarrollar su increíble voz gutural, con que a saber los motivos reales de este cambio tan drástico, y lo dicho si vas a hacer algo así ten la decencia de hacerlo con otra banda.
En fin, a los que disfrutamos como locos con discos como el Deliverance, el Ghost reveries o el Blackwater park no nos queda otra que resignarnos a perder a uno de los grandes, porque esto no tiene pinta de que tenga vuelta atrás, que lástima.
Nota: Pondría un cero grande, pero como realmente no entiendo un pimiento sobre rock progresivo blues setentero prefiero no opinar, lo dejo para los “nuevos” fans de Opeth.

3 comentarios:

  1. Jaja...donde vas con la agresividad talibana!! si es q te avisé ya con el Watershed, q no veía claro el devenir de la banda...y es un buen disco pero ya se intuía lo q vendría. Sólo queda resignarse. A mi por ahora no me tira el prog-rock setentero, ¿pq todo hoy día tienen q ser revivals? lo q pasó pasó coño, y bien está lo q bien acaba...

    Aquí te dejo el germen de algo q algún día será grande, a pesar de estar en el underground del underground y encima cantar en catalán, de momento todo es ir contracorriente, pero poco a poco...

    http://www.youtube.com/watch?v=AJTyYMmY2iQ&feature=relmfu

    ResponderEliminar
  2. Y cuando tengas tiempo haber si comentas esto...

    http://www.youtube.com/watch?v=q73TGFZfmnA

    Para los q creen q está todo inventado...

    ResponderEliminar
  3. Primero que nada, debo aclarar que me considero un gran fan del progresivo hecho en los setentas, aunque no me encierro en ello. Por otra parte, a Opeth la considero una de mis cinco bandas favoritas. El Blackwater Park o el Deliverance me apasionan tanto como el Foxtrot de Genesis o el Red de King Crimson, por ejemplo.
    Ahora bien, cuando me enteré que estos suecos lanzarían un álbum con guiños al progresivo setentero no podía esperar por escucharlo. Sin embargo, cuando me lo escuche, realmente me decepcionó y hoy lo sigue haciendo. La falta de guturales y “brutalidad” característicos de Opeth es lo de menos, en mi opinión. Damnation no tiene un solo gutural y es un trabajo bellísimo. Existe algo en este álbum que no me engancha o, quizás, sea precisamente la ausencia de “algo”. ¿Qué es ese “algo”? No lo sé a ciencia cierta, pero me parece un álbum monótono e insustancial. No tiene punch. Por momentos pareciera que estamos ante una canción larguísima, pero no por la línea de Supper’s Ready o Tarkus. Ni siquiera pareciera intencional, da la impresión de que esta conexión entre pistas fuera más un accidente. No sé, me sorprende que Akerfeldt, melómano y erudito del progresivo setentero, se haya quedado a mitad del camino en la creación de su propio álbum prog. Si Akerfeldt pretendía con Heritage hacer un tributo a sus ídolos del progresivo, se ha quedado más que corto.
    Opeth ha sido una banda que ha introducido a amantes del metal al progresivo o, al revés, a fieles del progresivo hacia el metal. Leyendo reseñas en distintos medios, me encuentro con que amantes de uno y otro género consagran este trabajo, bajo distintos argumentos, como uno de los mejores de la banda. Muchos amantes del progresivo, por ejemplo, enaltecen la ausencia de guturales. Yo, por mi parte, no podría estar más en desacuerdo. No es que me considere un fundamentalista de Opeth, como tampoco lo soy del progresivo. Es simplemente que creo que este álbum no está a la altura de lo hecho anteriormente por la banda. Lo que sí, me pongo de pie y aplaudo el desdeñar lo que el público pide y el arriesgarse a crear lo que se quiere crear, sin rendir cuentas a nadie. Aunque esta ocasión el resultado no sea el que mi persona desearía.

    ResponderEliminar